Los partidos aparcan por un día su disputa para recordar a las víctimas

La Fundación Fernando Buesa, constituida en memoria del ex vicelehendakari socialista asesinado por ETA hace nueve años, logró ayer un alto de media jornada en la campaña electoral de los dos principales aspirantes a lehendakari, Juan José Ibarretxe y Patxi López, y del también candidato del PP, Antonio Basagoiti. Ibarretxe acudía en su papel institucional de lehendakari y López y Basagoiti en su condición de máximos dirigentes de sus partidos. Las víctimas no están siendo objeto de discusión en esta campaña.

Los tres arroparon a la viuda e hijos de Buesa, aunque entre ellos sólo intercambiaron breves saludos de cortesía a dos, según llegaron al acto anual de recuerdo al dirigente socialista y a su escolta, el agente de la Ertzaintza, Jorge Díez Elorza, a quienes la banda terrorista asesinó con un coche bomba el 22 de febrero de 2000.

"Cuando sonó el estruendo supe que todo había acabado", recuerda Nati Buesa

El de ayer será, salvo circunstancias impredecibles, el único acto en el que los tres principales candidatos coincidirán en la campaña, aparte del debate televisivo a seis del día 25 en ETB-2. El resto de los máximos dirigentes de los partidos vascos y cabezas de cartel en las elecciones, Unai Ziarreta (EA), Javier Madrazo (EB) y Aintzane Ezenarro (Aralar) mantuvieron su actividad de campaña.

El acto celebrado en el Teatro Principal de Vitoria contó con una asistencia muy nutrida, entre patronos y miembros de la Fundación, políticos e invitados. Entre ellos estuvieron Pilar Manjón, del la asociación de víctimas del 11-M, la directora de Víctimas del Gobierno, Maixabel Lasa, y representantes de otras asociaciones, aunque faltaron Covite, el principal colectivo vasco, y la AVT. También acudieron la viuda de Isaías Carrasco y su hija Sandra, que protagonizó un duro alegato contra ETA tras el asesinato de su padre el año pasado, así como el presidente del Senado, Javier Rojo.

La viuda de Buesa y presidenta de la Fundación, Natividad Rodríguez, resaltó "la pasión con que vivía el ejercicio de la política" su marido, "como un compromiso por hacer cosas por los demás" y su apuesta, pese a la amenaza, por desempeñarlo en Euskadi. "Cuando sonó el estruendo de la bomba [fue colocada a escasos metros de su casa] , supe que todo se había acabado y que no volvería a verle más", rememoró en el momento más emocionante de su intervención. "Sentí que habían abierto un boquete en mi alma por el que me desangraba", describió, antes de detallar el proceso de superación vivido junto a sus hijos y que "podemos multiplicar por el de miles de personas que han visto sus vidas truncadas", señaló.

La profesora Itziar Larizgoitia, que ha realizado un estudio sobre el impacto en la salud de las víctimas del terrorismo de su traumática experiencia resumió su resultado. Muchas somatizan ese dolor con enfermedades crónicas que no responden a tratamientos médicos, explicó. Su sufrimiento emocional, que pervive muchos años, resulta "muy invalidante" y muchas víctimas viven "con el dolor, la tristeza y la desesperanza del principio". La reflexión más repetida en las que han participado en el estudio es la petición de "reconocimiento de su inocencia y memoria, traducida en respaldo social e institucional", indicó.