Estados Unidos ultima un golpe de timón en su estrategia afgana para dar más énfasis a la reconstrucción y al desarrollo económico y político del país. El objetivo es que los afganos vean resultados positivos de la presencia internacional, según manifestó ayer Robert Gates, el secretario de Defensa de EE UU.
Sólo un milagro político impedirá que un Gobierno de extrema derecha gobierne Israel. La margarita se deshojó ayer cuando el líder del radical Yisrael Beiteinu, Avigdor Lieberman, recomendó al presidente, Simon Peres, que encomiende la tarea de formar Gobierno al ex primer ministro Benjamín Netanyahu.
El asesinato de Anna Politkóvskaya, la periodista más crítica con el Kremlin, sigue siendo una incógnita. Los acusados de haber cometido el crimen fueron absueltos ayer por unanimidad del jurado, que consideró que no había pruebas de su culpabilidad.
Todavía con parte de su mente en el modo de candidato, Barack Obama confundió Iowa con Ottawa, donde ayer hizo su primer viaje internacional como presidente de EE UU para firmar un acuerdo de cooperación con Canadá para la producción de energías renovables y para impulsar una nueva estrategia de consenso en Afganistán.
Václav Klaus, no defraudó ayer a quienes auspiciaban que su intervención en el pleno del Parlamento Europeo provocaría una fuerte bronca. Klaus fue directo contra la Eurocámara al señalar que el "déficit democrático", que se produce por la enorme distancia entre los ciudadanos y los representantes europeos, se "agravaría con la Constitución Europea rechazada o con el Tratado de Lisboa".