"Me amargaron la vida como alcalde"
Abubakr Belkora, de 54 años, pertenece a una familia adinerada y piadosa de la antigua capital imperial marroquí. Educado en Francia, compró, en los setenta, una hacienda cerca de Mequinez (norte), a un colono francés. Arrancó las viñas, que sustituyó por árboles frutales. El islamista Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD) le pidió en 2003 que encabezase su lista en las municipales de finales de ese año y aceptó el reto. Tras su victoria se esforzó por acabar con el chabolismo y, aunque no es competencia suya, reducir el número de establecimientos que sirven alcohol. Con motivo de una visita a Mequinez, en 2005, Mohamed VI le echó una bronca tras constatar deficiencias en el transporte urbano.
Pregunta. ¿Por qué ha sido destituido?
Respuesta. Es un asunto que trasciende a mi persona. Cuando faltan cuatro meses para las municipales, el PJD empezaba a prepararlas abriéndose a empresarios y notables. El Ministerio de Interior se asustó. Decidió asestarnos un golpe y mandar un recado a aquellos que eran proclives a acercarse a nosotros. Había que ensuciar la imagen del partido.
P. ¿No ha cometido usted las irregularidades que le reprocha Interior?
R. No. Pero, aun en el supuesto de que las hubiera cometido, el Tribunal de Cuentas señaló irregularidades en el 80% de los ayuntamientos y no por eso sus alcaldes fueron destituidos. Está claro que Interior tiene dos varas de medir. Si tiene algo que reprocharme, debería haberme llevado primero a los tribunales. Sólo con una condena firme podía quitarme del cargo para el que fui elegido.
P. El gobernador de Mequinez era Hassán Aurid, ex portavoz del palacio real y compañero de colegio del rey Mohamed VI. ¿Cómo fue la convivencia?
R. No fue buena. No colaboró con la ciudad sino que más bien me puso zancadillas. No se nos dieron los medios para desarrollar la ciudad que, con 750.000 habitantes, es la sexta del país. Se nos regateó todo, empezando por el dinero. No fuimos tratados como las demás grandes urbes. El objetivo era que nuestra experiencia fracasara. Me amargaron la vida como alcalde.
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