Ibarretxe elude referirse a la propuesta sobre autogobierno de su programa

Negro sobre blanco, el programa electoral del PNV, presentado ayer, dejó en claro su propuesta sobre el autogobierno, basada en lo fundamental en las reflexiones del proceso Think Gaur Euskadi 2020, dirigido en esta área por el consejero de Interior, Javier Balza. El lehendakari Ibarretxe evitó, sorprendentemente, detallar el contenido del documento que presentaba, justamente en la materia de la que más hablado y que más ha dado que hablar en su mandato. Lo zanjó con una genérica referencia a lo "fundamental" del desarrollo del autogobierno y a la necesidad de "escuchar" a la sociedad. Cuando terminó su exposición -centrada en la crisis y los objetivos de gestión, pese a que el programa señala al "conflicto político" como "el gran debate pendiente"-, y sin dar lugar a preguntas, declaró concluida "la reunión", que había sido convocada como una rueda de prensa. El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, censuró los intentos de "alterar la campaña" y el reflejo institucional de las elecciones, "unos con bombas y otros con ilegalizaciones". Y reivindicó a Ibarretxe frente a "incógnitas o inexpertos como López o Basagoiti".El programa del PNV no lleva ninguna referencia a la consulta, que sí tenía el de 2005, y en su lugar anuncia una ley de Participación Ciudadana. Esa norma sería un "instrumento para ejercer el derecho a decidir sobre los temas que nos afectan directamente" y clarificar "sobre qué materias la ciudadanía tiene derecho a ser consultada". El PNV pondrá en marcha cinco proyectos estratégicos de participación ciudadana, uno de los cuales definirá "el marco de relación política que deseamos plantear al Estado español". Las instituciones, reza el programa, "tendrán la obligación de responder a las recomendaciones planteadas". El programa contiene dos propuestas: la primera es el desarrollo del Estatuto de Gernika, con la transferencia "de las 36 competencias pendientes" y su ejercicio progresivo en caso contrario. La segunda es un nuevo marco político que debería debería surgir de un nuevo pacto con el Estado denominado "Pacto de Normalización Política y de Convivencia". Éste debe incluir "el reconocimiento de la identidad nacional del Pueblo Vasco como sujeto político pleno de derechos" y "solucionar definitivamente el conflicto vasco (...) de conformidad con el derecho de autodeterminación". El programa apela a la doctrina sentada por el Tribunal Supremo de Canadá para declarar la "obligación" de negociar "entre Euskadi y el Estado" las nuevas condiciones.El programa reclama también capacidad para establecer relaciones de territorialidad con Navarra y el País Vasco francés con el objetivo de lograr "un marco institucional unitario". El pacto debe incluir también un marco sociolaboral vasco, el régimen de la Seguridad Social, la exclusividad para fijar el uso de las lenguas y para determinar la creación, regulación y extinción de los partidos políticos. Igualmente, reclama la presencia "real y efectiva" en la UE y una conferencia bilateral Euskadi-Estado para coordinar la acción exterior. La bilateralidad es la clave de toda la propuesta, cuya exigencia principal es un régimen de garantías jurídicas basado en ella. El PNV busca un "sistema equitativo" y quiere que el Gobierno central renuncie a la potestad de suspender automáticamente leyes autonómicas mediante su impugnación, como ha ocurrido con la consulta. La solución, una comisión bilateral que examine y negocie las normas antes de su aprobación. Los instrumentos para el nuevo "Concierto Político", un concepto ya acuñado por Urkullu, están en el actual ordenamiento constitucional y estatutario, además de en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, se afirma

Autodeterminación, bilateralidad y Ley de Participación Ciudadana