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La nueva Casa Blanca

"No podemos provocar una guerra comercial"

El presidente se opone al 'compre estadounidense' por proteccionista

Barack Obama no está por abrir una guerra comercial con Europa. En un intento por aplacar los miedos a que EE UU se escude en sí mismo para superar la crisis económica, el presidente declaró la madrugada de ayer su oposición a la cláusula conocida como compre estadounidense, por la que desde el ala demócrata en el Capitolio se quieren vincular las ayudas del plan de reactivación al uso de productos made in USA.

La iniciativa fue calificada por Obama de "proteccionista". En una entrevista con la cadena Fox, el presidente afirmó: "Estoy de acuerdo con que no se puede lanzar este mensaje", dijo, a la vez que consideró un error que se esté dando la imagen de que EE UU afronta la crisis sin una acción concertada con el resto del mundo. En otra entrevista con la cadena Abc, añadió: "Creo que tenemos que asegurarnos de que ninguna de las disposiciones que tomemos provoque una guerra comercial".

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Europa no es la única que se muestra preocupada. Canadá advierte que si EE UU se adentra en la senda del proteccionismo, podría agravar la recesión mundial. Tanto el Fondo Monetario Internacional como el Banco Mundial alertan de los efectos de una mayor caída del comercio.

La industria también hace escuchar su voz. El sindicato del sector del acero considera que el concepto de compre estadounidense está lleno de mitos, y explica que se trata de ser "económicamente patriotas". "Nadie aboga por cerrar las fronteras al comercio", precisó Thomas Conway, su vicepresidente. "Estamos haciendo lo que ya hicieron países como Francia o China: asegurar que el dinero del contribuyente se usa para comprar productos producidos en nuestro país y crear empleos en casa", añadió.

El sector siderúrgico es uno de los más castigados por la crisis. La modernización de puentes, carreteras y otros proyectos pueden aportarle un importante balón de oxígeno. Pero los expertos recuerdan que hay productos siderúrgicos de alta calidad que deben ser comprados forzosamente en el extranjero, como los que se utilizan en el automóvil.

El poder de Obama es limitado a la hora de afrontar este debate. Sólo puede impedir que prospere la cláusula convenciendo a los demócratas de que cambien sus términos. La opción más extrema es la del veto, posibilidad que está descartada.

El proteccionismo no es rentable

- Sólo se crearían mil empleos. El objetivo de la cláusula que obliga a las empresas beneficiarias de las ayudas a comprar acero estadounidense es crear puestos de trabajo. Pero el Peterson Institute for International Economics, un grupo de reflexión de Washington, calcula que sólo se crearían mil empleos, porque apenas supondría un aumento de la producción de acero de 500.000 toneladas.

- Se destruirían más de 6.500 trabajos. Además, las represalias que podrían tomar los países que venden este material -una reducción del 1% de las ventas de EE UU en la UE y otros socios comerciales- se traducirían en la pérdida de 6.500 empleos.

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