"O me voy con el cheque o voy 'palante"
Un constructor amenaza con quemarse con dos bidones de gasolina delante del Ayuntamiento de Loeches porque no le paga una deuda desde hace tres años
José María Solís Núñez se plantó ayer a las ocho de la mañana con su camión frente al Ayuntamiento de Loeches (5.450 habitantes). Llevaba dos bidones de gasolina y amenazaba con quemarse, 450.000 euros tenían la culpa. "O me voy con el cheque, o me voy palante, pero el alcalde no se ríe más de mí", decía. Solís, propietario de la constructora Cavas, reclama al Ayuntamiento un dinero que, asegura, le debe desde 2006.
Mientras un camión de bomberos y una ambulancia se ponían en alerta por si el empresario cumplía su amenaza, el alcalde se reunía con uno de los hijos de Solís, que al final no se quemó pero fue detenido por la Guardia Civil. Empezó el día metido en su camión "desesperado" por la situación de su empresa y lo terminó en un calabozo, a la espera de declarar hoy ante el juez.
La constructora en cuestión, que cumplirá 20 años en octubre, es de Morata de Tajuña, donde vive la familia Solís. Hasta el pasado verano contaba con 20 trabajadores, pero ahora sólo quedan José María, su hijo José Javier y una secretaria. "No tenemos liquidez y estamos desde septiembre sin poder trabajar", cuenta José Javier. Él fue quien se reunió con el alcalde de Loeches, el socialista Pedro Díaz, y otros responsables municipales. En la reunión hubo "muy buenas palabras" y el alcalde se comprometió "a pagar 180.000 euros el 20 de febrero y negociar el resto de la deuda, hasta los 450.000", cuenta el hijo.
El Ayuntamiento reconoció en un comunicado que debe a la empresa 166.083 euros, que les pagará este mes. Pero "no renuncia a reclamar la subsanación de las deficiencias de las obras realizadas". El Consistorio dice que los trabajos que hizo la empresa en un parque cercano a la carretera que une el pueblo con Arganda del Rey tienen muchas deficiencias y que así se lo hicieron saber en octubre de 2007.
"Sí, tras un año de acabar las obras y justo después de que denunciáramos el impago", se defiende José Javier Solís. Ellos mandaron otro informe al Ayuntamiento, según cuenta, e intentaron visitar la obra con técnicos municipales. No fue posible hasta noviembre de 2008, después de que su padre y él fueran al pleno de octubre. Estaban hartos de intentar hablar con el alcalde y no recibir respuesta. "O estaba reunido, o malo, o no contestaba...", recuerda David Solís, el otro hijo del constructor. "Queríamos solucionarlo de la mejor manera posible, pero hemos llegado a la desesperación", se lamenta José Javier.
Y la desesperación es la que llevó a su padre a apostarse frente al Ayuntamiento de Loeches. Una vez allí, José María llamó a su hijo David, que avisó a su vez a José Javier. Ninguno se esperaba una cosa así de su padre, aunque en ningún momento temieron que cumpliera con su amenaza de quemarse a lo bonzo. "Había comentado que habría que plantarse si esto seguía así, pero nos ha sorprendido a todos", explicaba David. Lo que más molesta a su padre, cuenta, es que "el alcalde les rehuía, no daba la cara".
A las puertas del cuartel de la Guardia Civil de Arganda, donde fue trasladado el empresario tras ser detenido, David se mostraba indignado con el alcalde de Loeches: "Si no hay dinero, pues que lo diga con educación".
La abogada de la familia estaba con José María cuando le dijeron que pasaría la noche en los calabozos de Rivas, y contaba que el constructor se mostró muy nervioso. "No es consciente de lo que se ha montado. Todo ha sido fruto de la desesperación, los nervios y la impotencia de verse así", afirmaba la letrada.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
- Atención ciudadano
- Morosidad
- Trámites administración
- Ayuntamientos
- Protestas sociales
- Deudas
- Orden público
- Seguridad ciudadana
- Madrid
- Malestar social
- Provincia Madrid
- Administración local
- Comunidad de Madrid
- España
- Empresas
- Administración Estado
- Problemas sociales
- Administración pública
- Economía
- Finanzas
- Justicia
- Sociedad