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Reportaje:La precampaña del 1-M | Examen a la legislatura

Un banco repleto de tierra

En su primer año de vida, el Bantegal ofertó 7.000 parcelas para cultivar, aunque no siempre las mejores

María Antonia Calvo, de 37 años, teclea en el portátil de su despacho en una nave industrial de A Limia y muestra el contrato de arrendataria, por cinco años, de dos parcelas del Banco de Terras de Galicia (Bantegal). Hace un año que dejó su trabajo como administrativa y ahora forma con su marido, Camilo, y otro socio una SAT (Sociedad Agraria de Transformación), Agrocebola. Cincuenta hectáreas dedicadas a la producción de trigo, veinte a la patata y otras tantas para plantar cebollas. "Sólo obtuvimos del Bantegal dos parcelas, de 1,4 hectáreas la más grande y de 2.000 metros la pequeña; el resto las alquilamos directamente a los vecinos, jubilados que ya no trabajan sus tierras".

"La ventaja es que no desconfías del arrendatario", dice una usuaria

"Somos la última generación de agricultores", comenta Camilo. "Esto va a menos: el 85% de los que cultivan aquí tienen entre 55 y 65 años". Los socios de Agrocebola participan en un proyecto pionero en el mundo con el que la Consellería de Medio Rural ha pretendido empezar a conservar la superficie agraria útil.

Camilo y María Antonia reconocen que el precio que pagan por el alquiler al Banco de Terras "es prácticamente igual" que el que les cobran los vecinos, unos 50 euros por hectárea. Pero le encuentran ventajas, casi todas funcionales. "Los contratos son más fiables, tienen validez jurídica y además no hay que ir buscando por ahí". La oferta está a un clic de ordenador en la página http://www.bantegal.com que en su primer año ha ofertado 7.016 parcelas. Pero, sobre todo, los socios destacan como mejora indiscutible que "no hay desconfianza posible" sobre el arrendatario. Ni siquiera saben su nombre. "Posiblemente no vive aquí", aventuran.

Pero no todo son alegrías. "Los que tienen las mejores tierras no las meten en el banco: las venden a empresas que después las alquilan a precios altos". "Lo bueno está cogido, aunque a nosotros lo que tenemos nos da servicio", explica Camilo tras detallar que algunas de las tierras que alquilaron "estaban sin cultivar desde que se hizo la concentración parcelaria". Una afirmación que corrobora Medio Rural: pese a la importancia del sector primario en la economía, Galicia sólo utiliza el 25% de la superficie agraria útil, frente al 50% de la media europea.

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