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Sacrificada en Madrid la primera 'vaca loca' de 2009

Carmen Morán Breña

El laboratorio de referencia nacional ha confirmado un nuevo caso de vaca loca en una explotación de Galapagar (Madrid). El animal tenía 10 años y fue sacrificado en un matadero a finales de diciembre. Ahora que se ha demostrado que tenía la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB) las 18 reses de la cabaña serán sacrificadas también.

Desde el año 2000, cuando entró la prohibición de alimentar a las reses con los piensos de carne y hueso, se han detectado 738 casos en toda España. La estadística desde entonces ha descrito una campana que ahora está en su ladera decreciente. En 2008 hubo 23 casos y para este año se esperan unos 15.

"Suelen ser todas reses mayores de siete años, incluso de 14 hay alguna", explica Juan José Badiola, veterinario y experto en EEB. Es pura lógica, "son los animales que adquirieron la enfermedad antes de que se prohibieran los piensos que la causaban y teniendo en cuenta que el periodo de incubación puede llevar más de un lustro". Badiola sostiene que lo preocupante hubiera sido una vaca joven, porque entonces sólo cabría pensar que la prohibición de estos piensos tendría algún agujero. Por tanto, todo sigue, afirma Badiola, "la tendencia de los últimos años, que es decreciente en el número de casos a pesar de que España sigue siendo uno de los países que aún presenta cifras más altas". "Porque la enfermedad se detectó más tarde, y porque seguramente llegó más tarde", explica.

Las analíticas

A las canales destinadas al consumo humano se les efectúa una analítica si el animal tenía más de 24 meses (30 en Europa), pero este umbral ha pasado a ser ya de 48 meses para todos, porque la estadística demuestra que la enfermedad sólo se encuentra ya en esas edades. Si así fuera, se sigue retirando del consumo los materiales de riesgo.

La contaminación por vía materna o por amamantarse con leche de vaca loca no está aún demostrada en los bovinos, pero tampoco es una vía descartable, dice Badiola. Esa sería una de las razones por las cuales la curva que describen las cifras anuales de infecciones podría alargarse en una línea recta durante años. "Esta enfermedad es difícil, no es una cosa que se vaya a acabar mañana". Eso que llaman cola epidemiológica puede ser un periodo correoso donde los casos detectados sean parecidos cada año.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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