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El legado oculto de Hemingway burla el embargo

Salen a la luz 3.000 documentos inéditos, tras un proceso de digitalización entre Cuba y EE UU

En los peores momentos de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, incluso con las administraciones bravas de los republicanos Ronald Reagan y George Bush (padre e hijo), el escritor Ernest Hemingway siempre sirvió de puente entre ambas naciones. Ahora, a punto de asumir Barack Obama la presidencia de EE UU, el autor de El viejo y el mar vuelve de nuevo a la actualidad y, como siempre, para unir. Unos 3.000 documentos inéditos de Hemingway conservados en el museo Finca Vigía, su residencia habanera durante 20 años, acaban de ser digitalizados y puestos a disposición de los investigadores gracias al esfuerzo de instituciones de los dos países.

"Se trata de documentos prácticamente inéditos", afirma la directora del museo, Ada Rosa Alfonso. "Sólo algunos de ellos se conocían por el libro Hemingway en Cuba [del escritor Norberto Fuentes], pero la mayoría han estado conservados y cuidados en los archivos de Finca Vigía durante más de 45 años".

Epílogos de novelas, guiones, fotos y facturas figuran entre el 'tesoro'
Todo podrá ser consultado en la Red y en la Biblioteca Kennedy de Boston

La primera selección de estos documentos digitalizados estará a disposición de los interesados a partir del próximo lunes, y un mes después de su presentación en la isla, podrán ser consultados también en la colección Hemingway de la biblioteca Kennedy de Boston, en Estados Unidos.

Entre los 3.200 manuscritos preservados hasta ahora, están el epílogo de la novela Por quién doblan las campanas y un guión de la película El viejo y el mar, rodada en la localidad habanera de Cojimar en los años cincuenta, con Spencer Tracy de protagonista. También, según Alfonso, hay textos que "en opinión de especialistas, corroboran la hipótesis del escritor sobre la presencia de submarinos alemanes que se abastecían de petróleo en la costa norte de Cuba durante la Segunda Guerra Mundial", que Hemingway recreó en su libro Islas en el golfo. Además, telegramas y documentos personales como licencias de conducción, pasaportes, facturas y pólizas de seguros, y abundante correspondencia. Más adelante serán rescatados otros mil documentos, incluidas cartas, mapas y manuscritos de la etapa que Hemingway (1898- 1961) pasó en Finca Vigía.

La casa, situada en el poblado habanero de San Francisco de Paula, fue adquirida en 1940 por la segunda esposa del escritor, Martha Gelhorn. Después del suicidio del escritor en Estados Unidos, en julio de 1961, sus familiares donaron el inmueble al gobierno cubano junto a más de 2.000 documentos pertenecientes a su correspondencia y a manuscritos de obras, unos 900 mapas, 3.000 fotografías y 9.000 libros, revistas y folletos.

Todo ese legado está siendo restaurado y digitalizado por especialistas del museo, el Centro Nacional de Conservación y Restauración y el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural de Cuba. El trabajo de digitalización se ha realizado en colaboración con el Consejo de Investigación de las Ciencias Sociales de Estados Unidos, con el cual las autoridades cubanas firmaron un acuerdo de colaboración en 2002.

"Pensamos que este proyecto cultural realmente es un ejemplo de lo que pueden ser las relaciones entre intelectuales de Cuba y Estados Unidos", dijo Ruiz, presidenta del Consejo Nacional de Patrimonio de Cuba. Según la página web de esta institución, los documentos y el material digitalizado podrán ser consultados por especialistas, escritores y estudiosos en general "previa solicitud formal y avalados por una institución".

La Finca Vigía fue probablemente la residencia más estable que tuvo Hemingway en su vida. El escritor llegó a Cuba por primera vez en 1932 a pescar el pez espada, y desde entonces viajó a la isla con asiduidad hasta que en 1940 se instaló en este refugio campestre, donde concibió y escribió partes importantes de sus obras más conocidas, como El viejo y el mar, A través del río y entre los árboles, Por quién doblan las campanas, París era una fiesta e Islas en el golfo.

La casa se conserva prácticamente igual a como él la dejó, y guarda más de 20.000 piezas y objetos, que incluyen cuadros de pintores españoles, su máquina de escribir y las botellas de ginebra y de whisky a medio llenar que dejó en el salón, junto a su butaca, antes de su último viaje. Varado en el frondoso jardín de palmeras y flamboyanes, yace también el yate Pilar, con el que el escritor salía de pesca con su patrón canario, Gregorio.

Hacia este lugar ha peregrinado cuanto político y congresista norteamericano ha viajado a Cuba, pues Hemingway se ha logrado mantener al margen del embargo.

El Fondo Nacional para la Conservación Histórica de Estados Unidos incluyó Finca Vigía en la lista de los lugares históricos estadounidenses que corrían riesgo de desaparecer. Por primera vez, dicha institución contempló una propiedad fuera de territorio norteamericano, lo que, por las ayudas que podía implicar, levantó una gran polvareda entre los anticastristas más furibundos. Pero al final, el archivo habanero de Ernest Hemingway (el 85% en soporte papel) se ha salvado de todos los rigores -los climatológicos y los políticos- del trópico.

Hemingway, con su gato <i>Colón, </i>en su casa de Finca Vigía.
Hemingway, con su gato Colón, en su casa de Finca Vigía.

'Hemingwaymanía'

- El epílogo de Por quién doblan las campanas.

- Un guión original de la película El viejo y el mar.

- Textos del escritor apoyando sus teorías sobre la supuesta presencia de submarinos alemanes en la costa norte de Cuba.

- Pasaportes, facturas, pólizas, cartas y mapas.

- Todo se encontraba en la finca La Vigía, su residencia en La Habana.

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