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Los otros 'condes' Von Stauffenberg de la ficción

Jacinto Antón

Valkiria y la conjunción Cruise-Stauffenberg han provocado una pequeña oleada de stauffenbergmanía que se manifiesta en la publicación de libros y en la recuperación de películas anteriores dedicadas a la conjura y al aristocrático cabecilla de la banda de la bomba, esos unhappy few que trataron de redimir el honor de la Wehrmacht y de Alemania. De este año son los libros Queríamos matar a Hitler (Ariel), de Philipp von Boeselager, que -hasta mayo- era el último superviviente de la conspiración; el apasionante Matar a Hitler (Debate), de Roger Moorhouse, y Operación Valkiria (Nowtilus), del rey del anecdotario militar Jesús Hernández. Stauffenberg, la espléndida biografía canónica del ejecutor del atentado, del historiador Peter Hoffmann, aparecerá a principios de febrero en Destino. En Alemania se acaba de publicar una emotiva biografía de la valiente esposa de Stauffenberg escrita por su hija.

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Von Stauffenberg y su intento de matar a Hitler en la Wolfschanze en Rastenburg han dejado un notable rastro en el celuloide, especialmente con dos películas alemanas, relanzadas recientemente en DVD: Sucedió el 20 de julio (1955), de G. W. Pabst, y Operación Valkiria (2004), de Jo Baier. Aunque el atentado aparece en bastantes filmes, hasta ahora el conde tiranicida no había sido interpretado por actores de gran renombre como otros personajes alemanes de la II Guerra Mundial: Hitler (Alec Guinness, Bruno Ganz), Rommel (Von Stroheim, James Mason) o Heydrich (Ken-neth Branagh). Es verdad que tampoco ha tenido la desgracia del mariscal Kesselring, al que interpretó Jerry Lewis.

En la sobria, casi sacramental película de Pabst, en un blanco y negro de fuerte carga expresionista, a Stauffenberg lo encarna el austriaco Berhard Wicki, que hace un conde sombrío, expiatorio, atormentado por la responsabilidad del magnicidio y de presencia intensa pero poco imponente: un secundario en su propia película. La mejor frase del filme no es suya, sino de un anónimo oficial que en pleno golpe decanta su fidelidad con esta inapelable justificación: "Yo creo que Hitler dispara más rápido".

El Stauffenberg de Baier es Sebastian Koch, el actor que, paradójicamente, hacía de coronel de las SS en El libro negro, de Verhoeven. Fondón y desaliñado, poco heroico, no da el tipo del conde suabo, cuyo porte era impresionante y cuyo carisma destacaban todos lo que lo conocieron. La película incluye una secuencia en la que a Stauffenberg se le cae el ojo de cristal en el lavamanos. En 1990, Brad Davis, el malogrado actor de El expreso de medianoche, hizo un olvidable Stauffenberg en The plot to kill Hitler, que se reeditará en DVD. El coronel aparece fugazmente en La noche de los generales (1965), interpretado anodinamente por Gérard Buhr. Tampoco dan el tipo Eduard Franz, que lo encarna en Rommel (1951), ni Stephan Jacobs, en Rommel and the plot against Hitler (2006).

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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