Cuando varear es un privilegio

Oumar Fofana y Hasim Dalvente se consideran unos afortunados, y no les falta razón. Llegaron hace un mes a Úbeda (Jaén), donde han estado, primero, durmiendo en la calle y, más tarde, cobijándose en el pabellón de deportes que abrió el Ayuntamiento como recurso de emergencia ante la saturación de los albergues. Hace unos días, cuando ya casi habían perdido la esperanza de encontrar trabajo en la recogida de la aceituna, un empresario de Jódar se personó en la estación de autobuses de Úbeda, donde se reúnen los desesperados demandantes de empleo, y les ofreció trabajo en una finca de 2.000 olivos. Si todo sale bien, tienen por delante un mes de trabajo, 45 euros al día de apaga más la comida y alojamiento en un cortijo del patrón.

Se han repartido cerca de 3.000 billetes de transporte público entre los extranjeros

Oumar y Hasim están dentro del exiguo porcentaje -menos de un 10%, según el responsable de la Federación Agroalimentaria de UGT en Jaén, Antonio Marcos- de inmigrantes llegados en el último mes a Jaén que han encontrado trabajo en el campo. Los excedentes laborales generados por la crisis en otros sectores se ha traducido en el regreso de muchos andaluces al trabajo en el campo. Más de 15.000 parados se inscribieron en la campaña oleícola, ocupando así el puesto que en las pasadas campañas ocupaban los los inmigrantes. "Es un trabajo duro, pero por lo menos he tenido más suerte que muchos compatriotas", señala Oumar Fofana mientras se esfuerza con la vara mecánica para echar las aceitunas sobre los mantones. Oumar lleva ocho años en España, pero llevaba seis meses parado, desde que la empresa donde trabajaba como soldador en las obras del AVE en el túnel de Guadarrama prescindiera de sus servicios. Ahora, su empeño es poder ganar algo de dinero con el que viajar a su país para conocer a su hija, de ocho meses. Su colega Hasim, llegado desde la campaña de la fruta en Lérida, también es novato en la aceituna. Es consciente de que ha encontrado trabajo gracias a que tiene su situación regularizada.

Según las estimaciones de ayuntamientos y organizaciones sociales, más de la mitad de los inmigrantes llegados a Jaén en las últimas semanas han abandonado ya la provincia tras darse cuenta de que no conseguirían trabajo. El éxodo será mayor en los próximos días, una vez que el buen tiempo ha generalizado en toda la provincia la recogida de la aceituna. Sólo en la capital jiennense, desde que se abrió el dispositivo de inmigrantes el pasado 13 de noviembre se han repartido entre los extranjeros cerca de 3.000 billetes de transporte público, la mayoría con destino a a municipios cercanos o provincias que cuentan con campañas agrícolas, principalmente Córdoba y Huelva.

Aunque la red de albergues de Jaén, con capacidad para 800 personas, sigue ocupada al completo, desde algunos ayuntamientos ya se habla de una reducción en el número de extranjeros que circulan por sus municipios. De hecho, el Ayuntamiento de Úbeda ya cerró el pabellón de deportes, y lo mismo hizo el Foro Social de Jaén con el local alquilado en la capital, donde también se cerrarán en los próximos días los recursos de emergencia del convento de Santa Clara y la parroquia de San Juan Bosco.

En los últimos 10 días, 14 inmigrantes han sido detenidos por la Guardia Civil en la provincia de Jaén por estancia irregular en municipios como Villargordo, Villacarrillo, Baeza, Torredelcampo, Alcalá la Real o Pegalajar. Los detenidos son marroquíes, guineanos, senegaleses, argelinos y un ucraniano.

El subdelegado del Gobierno en Jaén, Fernando Calahorro, ha señalado que la mayoría de los inmigrantes llegados a la provincia están regularizados. Sin embargo, el sindicato CC OO dijo que la pasada campaña olivarera unos 2.100 extranjeros (el 30% de los llegados entonces) eran ilegales.