Franco y el efecto mariposa
El Ayuntamiento de Santander ha retirado la última estatua ecuestre de Franco en un espacio público. La oposición
en el Consistorio ha manifestado su satisfacción por el hecho de que finalmente desapareciera el monumento, aunque haya sido al precio de retirar, de paso, un escudo de la República. Si, por lo que respecta a la efigie de Franco, el Ayuntamiento se ha atenido a lo que prescribe la ley, aun disimulándolo con el pretexto de unas obras municipales, en el caso del escudo de la República se trata de un acto discrecional, por no decir gracioso. Y la gracia no sólo consiste en que los ediles partidarios de la medida hayan colocado en pie de igualdad una dictadura y un régimen democrático; consiste, además, en que han echado por tierra el argumento con que el Partido Popular, mayoritario en el Ayuntamiento, se ha resistido hasta ahora a retirar los símbolos del franquismo. Según su idea, forman parte de la historia y, por eso, deben permanecer
en donde están.
Los ediles de Santander han pretendido dar una de cal y otra de arena. Pero no han reparado en que, con ello, desencadenaban consecuencias de colosales dimensiones. Porque si por razones de equilibrio histórico han retirado el escudo de la República, ¿por qué no continuar la marcha atrás y retirar, también, cualquier símbolo de la Restauración y de la dictadura de Primo de Rivera, que precedieron a la República? ¿Y por qué no borrar las huellas de la Gloriosa o de tantas idas y venidas políticas como padeció el XIX? ¿Y por qué detenerse en una centuria tan próxima y no perseverar rumbo al pasado, hasta acabar con cualquier rastro hasta llegar a Indíbil y Mandonio?
Si el Ayuntamiento santanderino llevara hasta sus últimas consecuencias la actitud demostrada ante los símbolos del franquismo, tal vez se encontrara con la sorpresa de que ha descabalgado a Franco de un caballo, pero sólo para subirlo a lomos de una mariposa. En concreto, de ésa que da nombre al efecto según el cual, por una decisión adoptada en Santander, se acabaría con cualquier estatua, placa o escudo desde el origen de los tiempos.
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