_
_
_
_
_

Carles Santos, el sonido de la transgresión

El pianista y compositor de Vinaròs recibe el Premio Nacional de la Música

"Ya soy un señor mayor". Carles Santos (Vinaròs, Castellón, 1940), pianista, compositor, hombre de escena, poeta conceptual, performer de vieja fecha, artista total donde los haya, recibía con ironía la noticia de la concesión del Premio Nacional de Música. Ironía y también alegría por el "reconocimiento" que supone a una trayectoria construida a golpe de fe y buen humor.

Como a Juan Marsé, el galardón español le llega a Carles Santos en la edad madura: gajes de la excentricidad, tanto la geográfica como la creativa. Pero lo que cuenta de verdad es que el premio le pilla trabajando. Mientras su espectáculo sobre Joan Brossa (1919-1998), el poeta con quien colaboró desde los años sesenta, se halla de gira por España, el músico prepara para este mismo sábado, en Agramunt (Lleida), una gran cremá de una docena de pianos -verticales, en eso ha estado comedido- que arderán en homenaje al pintor Josep Guinovart, fallecido el 13 de diciembre de 2007, otro artista con el que colaboró muy estrechamente. Por si no bastara, en mayo estrenará en el Teatre Lliure de Barcelona Piturrino fa de músic (Piturrino hace de músico: siempre esa pasión por los títulos sorprendentes), con el grupo Barcelona 216. "Es música para 12 músicos. Yo tocaré el piano. En esta ocasión es música sin escenografía".

Más información
Un honor para el premio

Pero no hay que creerle, porque la escenografía es él. Verle tocar, aporrear, acariciar, insultar, implorar o herir a su Bösendorfer Imperial, que ya convirtió en pantera joyceana en uno de sus espectáculos más celebrados, es una experiencia global que va más allá de la simple audición.

"Sigo haciendo mis cosas, como siempre. No me puedo quejar. Cuando empecé, apenas si llegaba a reunir a 40 o 50 personas en mis espectáculos. En cambio Brossalobrossotdebrossat [otro de sus títulos imposibles] realiza ahora mismo una gira de tres semanas. Eso se lo debo al teatro, bastante más inquieto que la sala de conciertos, donde todavía manda el conservadurismo".

Toda la trayectoria artística de Carles Santos ha sido una lucha tenaz, aunque nada dramática, contra ese conservadurismo: la autoironía le ha eximido de caer en el aburrido cliché del creador incomprendido y consecuentemente amargado. Formado en el Conservatorio del Liceo de Barcelona, inició su carrera como intérprete convencional, pero el encuentro en 1961 con Brossa, que le encargó la música para Concert irregular, en homenaje al 75º aniversario de Joan Miró, le abrió el camino interdisciplinar que ya nunca dejaría de transitar.

En 1968, becado por la Fundación March, viajó a Nueva York, donde conoció de cerca al padre de la performance, John Cage. De vuelta a España, dirigió el Grup Intrumental Català, fundado por el compositor Mestres Quadreny. La nómina de creadores con los que colaborará en lo sucesivo es larga y en primer lugar deben figurar los cineastas de la Escuela de Barcelona de los años setenta: Pere Portabella, Gonzalo Herralde, Jordi Cadena, Carlos Durán. Tàpies, Guinovart o Miró figuran entre los artistas plásticos con los que también ha trabajado.

Pero, como él mismo reconocía ayer, es en el teatro donde ha conseguido abrazar a un mayor número de espectadores. Arganchulla, Arganculla Gallac (1985), La grenya de Pasqual Picanya (1991), La pantera imperial (1996) o L'adéu de Lucrècia Borja (1991), junto con óperas como Asdrúbila (1992) o Ricard i Elena (2000) -un homenaje a sus padres- le han permitido unir la transgresión musical con la plástica, logrando una obra compacta, de gran aliento y extraordinaria frescura. Puso además música a los Juegos Olímpicos de 1992: como en la literatura de Juan Marsé, las fronteras entre lo popular y lo culto se diluyen en el continuum creativo de este artista de raza.

Fiel a su excentricidad primigenia, Santos continúa viviendo en Vinarós, donde recala tan pronto como sus muchos compromisos se lo permiten.

Carles Santos, el mes pasado durante un recital de la Asociación de Artistas Escénicos que ofreció en un descampado de Barcelona donde antes hubo un local de ensayos.
Carles Santos, el mes pasado durante un recital de la Asociación de Artistas Escénicos que ofreció en un descampado de Barcelona donde antes hubo un local de ensayos.JOAN SÁNCHEZ

Otros galardones

- Nacional de Música (Interpretación) José Luis Temes por su compromiso con la música contemporánea. Ha estrenado más de 300 obras.

- Nacionales de Danza Juan Carlos Santamaría por conservar y difundir la danza clásica y Javier Barón por su aportación al flamenco desde la danza española y por la labor de investigación.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_