"Tu es fou, Miquel!"
Acuarelas y bocetos explican la creación de la cúpula de Barceló
"Tu es fou, Miquel. C'est diabolique, ça!". Explica divertido el escritor Rodrigo Rey Rosa que el comentario que lanzó un amigo maliense de Miquel Barceló al ver la cúpula de Ginebra terminada no fue muy original. "Casi todo el mundo que entraba allí hacía un comentario similar: 'Estás loco'. La impresión de ver algo tan grande y pintado así hacía que la palabra locura estuviera en el aire".
El escritor guatemalteco relata ésta y otras anécdotas en el libro El mar de Barceló, que el Grupo 62 pondrá en las librerías el próximo viernes en edición castellana (Península) y catalana (Art62). La obra recoge el proceso de realización de la gran cúpula de la sala XX de la sede de la ONU en Ginebra, en la que el pintor mallorquín ha trabajado durante el último año y que se inauguró el pasado 18 de noviembre. Además de los comentarios de Rey Rosa, que visitó de forma regular al artista en Ginebra durante este tiempo, el libro incluye unas 150 fotografías de Agustí Torres, quien también ha realizado un vídeo documental sobre la creación, que se presentará en primavera.
Torres ha sido el notario de todo un proceso que, explica, ha sido muy diferente del que vivió cuando también acompañó al pintor mientras realizaba la capilla de San Pedro de la catedral de Palma de Mallorca. "Allí era un artista solitario trabajando en su taller con un material milenario, como es la arcilla, a la que daba forma", comenta. "En Ginebra, en cambio, ha trabajado con mucha gente de diversas especialidades experimentando con técnicas y materiales de última generación; todo allí era como futurista". Explica Rey Rosa en el libro que, al final, Barceló, quería que le dejaran solo para dar los últimos toques a la cúpula. No estaba acostumbrado a tantas complicidades y, por esto, uno de los atractivos del libro es que incluye algunas de las acuarelas que pintaba de forma paralela cuando se encerraba solo en su estudio, situado en unas estancias en el mismo edificio de la ONU. "Dibujaba en un cuaderno con hojas del tamaño de un folio y de forma esporádica", recuerda Torres. Rey Rosa, que ha colaborado con el artista en varios libros, asegura que Barceló siempre está dibujando, "constantemente está plasmando la vida en un papel".
Esta necesidad de dibujar, común a muchos artistas, remitió un tanto en Ginebra debido a la presión del trabajo. De hecho, más que un dietario tipo los Cuadernos de África (Galaxia Gutenberg), estas acuarelas de Ginebra son como un cuaderno de bitácora en el que, comenta Torres, parecía ir anotando, además de detalles técnicos del proceso de la cúpula, el reflejo de sus estados de ánimo. De ahí la abundancia de autorretratos tomando diferentes formas, desde un indio, un astronauta o un lenguado fuera del agua -"esto era cuando estábamos en pleno invierno en Ginebra y el proyecto no tiraba", recuerda Torres- a un victorioso gorila, animal éste que siempre le ha sido caro ya que, en una muestra de humor, reconoció hace tiempo que se identificaba con Copito de Nieve. Por eso de ser el centro de todas las miradas, y también por aprender a vivir sin hacerles caso.
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