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El muy distinguido ladrón de la Biblioteca Británica

Farhad Hakimzadeh, un millonario iraní, robó valiosísimos mapas, grabados y textos de 150 libros durante siete años

Farhad Hakimzadeh era un personaje conocido entre el personal de la Bibilioteca Británica, un respetable bibliófilo que acudía con frecuencia a esta sede londinense para enfrascarse en los relatos de los viajeros europeos por Mesopotamia, Persia y el imperio mogol en los siglos XVI y XVII. A lo largo de siete años, y ante las mismas narices de los bibliotecarios, este exiliado iraní se dedicó a arrancar textos, mapas y grabados de los valiosos tomos con la ayuda de un escalpelo. Ayer se declaraba culpable del robo de diez libros de esta institución, y de otros cuatro de la Biblioteca Bodleiana de Oxford, ante un tribunal del norte de Londres que podría imponerle hasta una condena de prisión.

El caso nos retrotrae al de César Gómez Rivero, el español de origen uruguayo identificado el año pasado como el autor de la sustracción de dos mapamundis grabados e ilustrados del siglo XV en la Biblioteca Nacional. Pero las miras de Hakimzadeh eran más ambiciosas. Los responsables de la Biblioteca Británica estiman que pudo llevarse hasta 842 ejemplares, de los que llegó a mutilar unos 150. Entre sus objetivos destaca una Historia de la China en su edición española, obra del jesuita Matteo Ricci, quien viajara al país asiático en 1582, siendo el primer occidental que allí se estableció; o la obra Novas Orbis, antología de Simon Grynaeus, de la que fue arrancado el grabado de un mapa dibujado por el artista renacentista Hans Holbein El Joven.

A pesar del dispositivo de seguridad instalado en el centro londinense, de las cámaras de circuito cerrado, nadie sospechó de este intelectual sexagenario hasta 2006, cuando un lector alertó sobre la ausencia de varias páginas en un tomo de sir Thomas Herbert (1626). Valiéndose de los registros electrónicos, el personal de la biblioteca escrutó la identidad de quienes habían tomado prestado el libro dañado, y examinó luego otras obras consultadas por los mismos usuarios. Descubrieron, de este modo, que diversos libros de viajes europeos por Oriente Próximo y Asia habían corrido la misma suerte y que todas las pistas conducían al mismo nombre. Hakimzadeh, a la sazón director de una organización destinada a preservar la historia y cultura iraní (Iranian Heritage Foundation), lo negó todo, pero un registro policial en su apartamento de Knightsbridge, opulento barrio de la capital, halló pruebas del delito: textos e ilustraciones arrebatados de sus continentes originales y que había escondido cuidadosamente entre los títulos de su notable biblioteca personal.

Los volúmenes cuyo robo ha sido demostrado en el proceso están valorados en unas 400.000 libras, aunque el jefe de la colección de libros antiguos de la Biblioteca Británica, Kristian Jensen, subraya que los daños infligidos a los fondos de la institución son incalculables. El centro se declara incapaz de determinar el número exacto de tomos que fueron objeto del despiadado escalpelo. El aspecto que más duele a Jensen es que Hakimzadeh -poseedor del pasaporte estadounidense desde que huyera de Irán tras la caída del Sha- sabía perfectamente lo que hacía: "Un experto en su campo, además de una persona extremadamente rica, ha destruido de forma egoísta una propiedad pública, en la que este país ha invertido durante generaciones", era su desoladora sentencia.

Hakimzadeh, derecha, a su llegada al tribunal.
Hakimzadeh, derecha, a su llegada al tribunal.AFP

Las joyas del botín

- Historia de la China, de Matteo Ricci, un jesuita italiano que fue el primer viajero europeo que vivió en ese país (en 1582). El libro se publicó en latín en 1615. Ésta es la edición publicada en España en 1621.

- Novus Orbis. Antología de la obra de Simon Grynaeus, profesor griego en Basilea. Hakimzadeh recortó un mapa realizado por Hans Holbein el Joven.

- Mithridates, del dramaturgo inglés Nathaniel Lee. Publicado en 1623.

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