La primera ola de la crisis golpea Galicia
La estadística revela un rápido empeoramiento de los beneficios empresariales en la Comunidad Autónoma - Las suspensiones de pagos crecen un 150%
"Los jóvenes todavía creen que un Expediente de Regulación de Empleo son unas vacaciones pagadas". La frase, pronunciada esta semana por un delegado sindical de Vigo, evidencia que Galicia todavía se está despertando del sueño y encontrándose de frente con la crisis. Un repaso a las estadísticas revela que, si bien el PIB gallego mantiene su diferencial positivo con el nacional, algunos indicadores empeoran más rápido aquí que en resto de España, haciendo saltar por los aires el supuesto "plus de resistencia" y dejando al descubierto cierta vulnerabilidad.
El primer ejemplo toca de lleno al sector de la construcción. De acuerdo con los últimos datos del Ministerio de Fomento, la superficie total a construir y el número de viviendas visadas cayeron en agosto muy por encima de la medida española, que también sufrió un serio traspié. Si la contracción del suelo que sale al mercado de la vivienda descendió un 60% en España, en Galicia lo hizo un 73%. Sobre la media nacional, la caída de las viviendas visadas fue, en dicho mes, diez puntos superior en la comunidad gallega, con un retroceso del 76%. "Actualmente el suelo no tiene liquidez, no ya para los bancos a la hora de financiar ciertas operaciones, sino para las propias empresas. Y eso lo sabemos todos", advierten desde la asesoría jurídica de un gran grupo gallego. El mercado lo ha interpretado con precios a la baja y una caída de las hipotecas constituidas.
"Los que más lo van a notar son los colectivos con empleo precario"
"El año pasado muchas personas tenían ya dificultades"
La industria de la automoción, responsable del 40% de las exportaciones, también está encajando serios golpes. PSA Peugeot Citroën, uno de los motores del desarrollo regional, ensamblará en Vigo como mínimo 100.000 unidades menos este año. En la factoría ya se han quedado sin contrato 300 eventuales y a partir de enero serán otros 900 los que dejen de percibir sus nóminas. La patronal de la industria auxiliar se niega a dar cifras, pero los sindicatos creen que serán entre 1.500 y 2.000 los empleos que se pierdan en las próximas semanas al hilo de los recortes. Lo peor, dicen, llegará en 2009. Por lo pronto, las exportaciones han caído en un 8% hasta junio.
Para María Bouza, del gabinete económico de CCOO, "Galicia no va a resistir mejor esta crisis. Lo que ocurre es que nuestra economía tiene una dinámica propia, ni mejor ni peor". Y los que más lo van a notar son "los colectivos con el trabajo más precario: las mujeres y los jóvenes". Donde también se nota es en las arcas del Estado. Hacienda recaudó en Galicia en septiembre 28.660 millones por el Impuesto de Sociedades, que grava los beneficios empresariales. El desplome interanual fue del 66%, casi tres veces superior al de la media española. Algo peor sucede con el IRPF: el retroceso en dicho mes en Galicia se situó en el 6,2%, frente a un aumento medio del 2,6%.
"Lo veíamos venir desde 2007", resume Miguel López, de la Unión de Consumidores de Galicia. Hace un año, la mitad de sus más de 1.000 asociados ya aseguraba tener dificultades para llegar a fin de mes. En las últimas semanas, siete de cada diez admitían haber comenzado a recortar gastos. "Parece redundante decirlo, pero la limitación del crédito está afectando muchísimo a las familias". El resultado: una caída en picado del índice de confianza del consumidor y de la recaudación de impuestos especiales, aquellos que gravan alcohol, tabaco y carburantes. Hay más ejemplos que ilustran la situación, como las pernoctaciones en hoteles. Si en septiembre, último dato disponible, retrocedieron en España un 3,2%, en Galicia lo hicieron el doble, hasta el 6,4%, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
Con la realidad se han dado de bruces muchas empresas gallegas actualmente en procesos concursales. Y la constructora Martinsa-Fadesa quizá sea el paradigma. Siguiendo su estela, han sido 126 las compañías que han reconocido ante el juez su incapacidad para hacer frente a sus acreedores, frente a las 49 que se habían acogido a esa posibilidad entre enero y septiembre de 2007. A la nómina de suspensiones de pagos de empresas y familias se suman ya rostros conocidos, mucho más allá de simples sociedades limitadas con aspiraciones frustradas, como la textil lalinense Montoto o Alcuba, una constructora con sede en Culleredo con un rápido crecimiento y con un elevado recurso al apalancamiento financiero.
Ante este escenario, la administradora concursal que pilota los destinos de Martinsa-Fadesa, la abogada Antonia Magdaleno, advirtió esta misma semana que de 631 empresas en esta situación en toda España, sólo diez han logrado cerrar el proceso con un convenio de acreedores aprobado. El resto, en su opinión, va directamente a la liquidación.
Mientras, ante la crisis de circulante, reclaman una mayor implicación de la banca gallega en los problemas del sector. Y es que quince de cada cien empresas, un total de 27.000 firmas, han pedido a la Agencia Tributaria algún tipo de aplazamiento en los pagos de determinados impuestos, sobre todo IVA y Sociedades, con unas solicitudes de demora que suman nada menos que 314 millones. "Por ahora, las únicas ventajas de esta situación están en el recorte de los intereses y en el frenazo de la inflación, pero los parados no se van a consolar con eso", dicen los sindicatos.
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