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Entrevista:NICOLAS SARKOZY | Presidente de Francia y de la UE | Cumbre en Washington | Los otros países

"El plan busca recuperar la confianza en el sistema"

Alejandro Bolaños

"Ésta ha sido una cumbre histórica, en la que Europa ha trabajado unida", aseguró ayer el presidente francés, Nicolas Sarkozy, a la salida de la cumbre del G-20 en Washington. "Hemos demostrado que Europa tiene peso político, que el mundo necesita una Europa fuerte".

Desde su puesto como presidente de turno de la Unión Europea, el líder francés se ha esforzado por guiar y simbolizar la respuesta del Viejo Continente ante la crisis. Una apuesta simbolizada en la batería de propuestas que han llevado los socios europeos a la cumbre para reforzar la regulación del sistema financiero.

Sarkozy enfatizó los resultados de la cumbre, frente al escepticismo que la precedió, tanto por el respaldo a los incentivos fiscales -"nos hemos puesto de acuerdo para dar una respuesta política ante la degradación de las condiciones económicas"-, como por el compromiso de poner en marcha "un plan de acción con medidas para recuperar la confianza en el sistema financiero, que tiene que cumplirse antes de la próxima reunión el 30 de abril".

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Sarkozy también tuvo palabras de elogio hacia George Bush, pese a que ambos han simbolizado las posiciones más extremas en el debate sobre la necesidad de nueva regulación. "Es un socio leal, no siempre ha sido fácil, pero sí justo". El líder conservador hizo una nueva demostración de mano izquierda al citar a Brasil, Turquía y España entre los países que más habían pugnado por un plan de incentivos públicos concertado contra la crisis.

Fallos de supervisión

El activismo negociador de Francia tiene fiel reflejo en varios párrafos del acuerdo final. Hay una mención a los fallos de supervisión en "varios países avanzados", diplomática manera de evidenciar la responsabilidad de EE UU en la desregulación de los mercados. Y también se plantea como objetivo a medio plazo acabar con la opacidad bancaria de los paraísos fiscales.

El líder francés también tuvo que ceder. Aceptó que el comunicado final fijara un plazo muy corto (finales de año) para reactivar la liberalización del comercio internacional en la ronda de Doha.

Sarkozy mantuvo que los cambios en la regulación de los hedge funds, las agencias de calificación, los productos derivados o la remuneración de los ejecutivos supondrán el inicio de un cambio profundo. Y, de nuevo, no pudo evitar una declaración enfática: "Es el principio de una nueva gobernanza económica".

Al final de su conferencia de prensa, Nicolas Sarkozy hizo un nuevo guiño diplomático al respaldar que la próxima cumbre del G-20 tenga lugar en Londres, ya que Reino Unido ocupará en abril la presidencia de este foro. Otra manera de reforzar el protagonismo europeo en este proceso.

Nicolas Sarkozy al inicio de la cumbre. Detrás, el ministro de Economía español, Pedro Solbes.
Nicolas Sarkozy al inicio de la cumbre. Detrás, el ministro de Economía español, Pedro Solbes.AP

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