Crece el gasto en 'embajadas', mientras que cae la ayuda al Tercer Mundo

El Departamento de Vicepresidencia, que dirige el consejero Josep Lluís Carod Rovira, es de los pocos de la Generalitat que reducen su presupuesto -de 277,1 millones de euros en 2008 a 268,9 millones para 2009-, pero con matices. Y la joya de la corona de esta política son las oficinas del Gobierno catalán en el exterior, las denominadas embajadas, que el entorno de Carod define como "objetivo principal" de su acción en el Gobierno catalán. En 2006 el presupuesto para estas oficinas era de 560.000 euros, mientras que para 2009, pese a la crisis, el montante es de 2,2 millones de euros. En 2008 la previsión era de 1.351.000.

El aumento de gasto para abrir o mantener embajadas en París o Nueva York es casi paralelo a la caída que sufre la ayuda al Tercer Mundo. La partida de cooperación baja desde los 67,4 millones de euros que había en las cuentas de 2008 a 49,7 millones para las previsiones del próximo año, casi 20 millones menos. El objetivo de la Generalitat era que en 2010 se pudiera destinar el 0,7% de sus ingresos propios a ayuda al desarrollo. O lo que es lo mismo, 130 millones de euros.

Las mismas fuentes gubernamentales apuntan que "a pesar de ser una política que tiene bastante coste", la de las oficinas es una prioridad. En enero Carod inaugurará otra embajada, ésta en Nueva York. Los objetivos del departamento que lidera el dirigente independentista pasan por potenciar la acción exterior de la Generalitat, que considera una "materia pendiente".