"Una gran universidad no puede funcionar como un negocio"
John Sexton gesticula con el mismo entusiasmo con el que habla de la Universidad como un "bien público". En un tiempo en el que de la educación superior se habla en términos de eficiencia, de su obligación de revertir beneficios cuantificables a la sociedad, el presidente de la Universidad de Nueva York (Sexton, de 66 años, lo es desde 2001) habla de pasiones, de centros que formen a los alumnos, no sólo en una disciplina, sino para tener "una buena vida", de la Universidad como "la mejor esperanza para llevar a la sociedad, a la vida de la gente, la inteligencia y el entendimiento".
Sexton viajó a Madrid recientemente porque la universidad neoyorquina celebró su 50 aniversario en Madrid con un programa en el que los alumnos pasan un semestre o un año en España. La Universidad de Nueva York, privada, es una de las mejores del mundo según las clasificaciones internacionales, está en mitad de un proyecto para convertirse "en una red global". Ya tiene campus en Argentina, China, Francia, Ghana, Reino Unido, Italia y Chequia; está a punto de abrir otros en México, Emiratos Árabes e Israel; y se está planteando crear otro campus más en Madrid. "Queremos hacer un modelo distinto de institución que no esté atada a un solo sitio -el mundo de las ideas y el talento es móvil-, porque si estás en un solo sitio vas a perder muchas cosas", dice.
"Demasiados alumnos buscan en su educación metas a corto plazo"
Una universidad en los cinco continentes para un mundo globalizado. "El siglo XXI será el del conocimiento", en el que los motores de finanzas, los seguros y los bienes inmuebles serán sustituidos por la "inteligencia, la cultura y la educación".
Pero advierte de algo "que muchas veces los políticos pierden de vista": que esa sociedad del conocimiento no estará basada sólo en la ciencia y la tecnología, sino también en "las humanidades, las ciencias sociales, los escritores, los poetas, los artistas, los músicos...".
Sexton habla de la Universidad como una inversión a largo plazo -"es muy difícil que los políticos hagan inversiones a largo plazo, porque no dan votos a corto plazo", se queja-, y dice que así tendrían que verla los alumnos: "Demasiados buscan en su educación metas a corto plazo". Recurre a una anécdota para explicarlo. Su hija le mandó un email pidiéndole consejo porque en "el trabajo de sus sueños" se gana poco dinero. "Pero no quiero el discurso de 'persigue tus pasiones', quiero un consejo de mi padre el práctico", le escribió ella. Él contestó: "Éste es un consejo de tu padre el práctico: persigue tus pasiones. Porque si las sigues, no sabes dónde te llevarán, pero seguro que será a una vida feliz, seas rica o pobre".
Cuando se le pregunta por las universidades europeas, Sexton habla de los puntos fuertes del sistema estadounidense, al que se acerca el nuevo modelo europeo -la diversidad lleva a la competencia y ésta a la excelencia, dice-, pero advierte de que en EE UU está fallando el acceso "para todos basado en el talento". Tradicionalmente, Europa ha prestado menos atención en el primero, pero Sexton dice que nunca hay que perder de vista el tema del acceso.
Cuando se le habla de la necesidad, manifestada por la ministra española de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, de atraer fondos privados a la Universidad para poder alcanzar esa excelencia, Sexton se pone muy serio. "Ha habido un pernicioso cambio en la concepción de la Universidad. Ha pasado de considerarse un bien público a un bien privado", se queja, y EE UU llevó a aumentar muchísimo el precio de las matrículas incluso en los campus públicos. Y se queja de la falta de becas competitivas pagadas por las Administraciones que permitan a la gente más capaz estudiar gratis en la universidad que elija.
En España la situación es diferente. No está en cuestión el precio de las matrículas, sino la necesidad de atraer financiación de empresas privadas para hacer una universidad excelente. "¡Pero es lo mismo!", contesta. "Se trata de ver la Universidad como un bien público, no un bien privado. Si trasladas la responsabilidad al sector privado, ellos no responderán. En la zona del Golfo Pérsico, hay líderes que intentan crear un sistema universitario con un modelo de negocios: ellos invierten pero quieren sus retornos cuantificables. Eso está condenado al fracaso, porque ninguna universidad de primera línea, ninguna gran universidad puede tener éxito como un negocio. La Universidad de Nueva York es la universidad privada de mayor tamaño de EE UU y somos un fracaso como negocio, perdemos dinero todos los años", afirma.
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