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Crisis financiera mundial

Holanda refuerza ING con 10.000 millones

El Gobierno tendrá dos representantes en el consejo con derecho de veto - El banco pagará un interés del 8,5% y anulará bonificaciones a sus ejecutivos

Isabel Ferrer

El grupo holandés ING, el más grande del país y uno de los cinco más relevantes de Europa, cerró anoche un tenso fin de semana de rumores sobre su situación, que acabó con la petición de 10.000 millones de euros de capital al Estado para reforzarse ante la crisis. Tras la reunión de jefes de Estado del fin de semana pasado, en la que acordaron que no caería ningún banco más, esta es la primera intervención que realiza un Gobierno de la Unión Europea. La inyección financiera para ING saldrá del fondo de 20.000 millones de euros -que queda reducido a la mitad- reunido por el Gobierno de La Haya para rescatar a los bancos en apuros.

El banco puede recomprar la emisión al 150% de su valor
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El anuncio se hizo con gran solemnidad en el curso de una rueda de prensa emitida en directo por la televisión nacional y en la que Michel Tilmant, director ejecutivo de ING, aseguró que el banco era ahora "mucho más fuerte que antes". Desde que estallara la crisis financiera mundial, es la primera vez que Holanda socorre en solitario a una entidad en apuros. La operación de rescate del grupo bancario Fortis se realizó a tres bandas, con la participación de Bélgica y Luxemburgo.

Tilmant aludió también a las ironías del mercado para justificar la petición de ayuda. "Nuestros inversores decían hace unas semanas que teníamos demasiado capital, sin embargo, ahora nos pedían aún más. Hay que afrontar la situación actual porque el mercado no admite incertidumbres y la confianza de los clientes es esencial", añadió. La entidad tiene más de 75 millones de clientes en el mundo, de los que 1,7 millones están en España, donde ocupa el primer puesto de las entidades por Internet con casi 14.000 millones en ahorro gestionado. ING está centrada en banca, inversiones, seguros de vida y jubilación.

El viernes pasado, la entidad intentó calmar los ánimos tras anunciar la pérdida de 500 millones en el tercer trimestre del año. La caída en Bolsa llegó al 27,5% y ocultó casi por completo un comunicado posterior en el que se aseguraba que no había problemas de solvencia.

Nout Wellink, presidente del Banco Central holandés subrayó anoche dicho extremo al explicar que se trataba sólo de una ayuda del regulador. "Hemos analizado las cifras de ING, y tenemos confianza en que en cuanto pase el huracán financiero, la entidad podrá seguir adelante con su labor. La clave en estos momentos es tener capital suficiente, y en el caso de ING, esta inyección no es un acto a la defensiva. Es para seguir trabajando". A pesar de que las tres partes se emplearon a fondo en mostrar un frente compacto que demostrara "que la ayuda no repercutirá de forma negativa en la confianza depositada en los demás bancos holandeses", en palabras de Wouter Bos, ministro de Finanzas, ING tuvo que emplearse a fondo para probar que no se derrumbaba. "Hay que ser claro con las cifras. Ahora podemos prestar más dinero porque estamos más capitalizados. Además, nuestra ratio de solvencia es del 8,5% (contra el mínimo del 4% establecido). Estamos bien, pero había que actuar. Cuando Estados Unidos y el Reino Unido empezaron a recapitalizar, quedó claro que había que actuar. Por eso hemos aceptado una ayuda del Estado que nos ha reforzado", añadió Michel Tilmant.

Los 10.000 millones no serán gratis. ING tendrá que pagar un interés del 8,5% anual. La inyección de capital vendrá en forma de bonos de 10 euros de valor cada uno, de la máxima calificación crediticia, que emitirá el banco. Aunque el Gobierno pone dos consejeros, los bonos no le dan derecho a voto. Cuando lo desee, ING puede recomprar la emisión al 150% de su valor. De lo contrario, se convertirá en acciones.

A pesar de que el Gobierno holandés mantiene abierto su fondo de ayuda para otros bancos, supervisará el caso de ING a través de dos consejeros con derecho de veto en las decisiones "fundamentales". Las mismas incluyen las inversiones que afecten "a más de 25% del capital propio de la empresa". El ministro Bos, que ha convertido en su lema favorito "no hacer filigranas con el dinero del contribuyente", también anunció que quedaban suprimidas las bonificaciones de los ejecutivos de ING para el año en curso.

Nout Wellink, Banco Central (izquierda); Michel Tilmant, presidente de ING, y W. Bos, ministro de Finanzas.
Nout Wellink, Banco Central (izquierda); Michel Tilmant, presidente de ING, y W. Bos, ministro de Finanzas.EFE

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