El aspirante demócrata declara que se reuniría con Zapatero
"Por supuesto". Dos palabras bastaron al candidato demócrata a la Casa Blanca, Barack Obama, para dejar clara su disposición a reunirse con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, y marcar de paso distancias con el republicano John McCain, que la pasada semana eludió contestar cuatro veces a la misma pregunta.
"España es un aliado de la OTAN y el hecho de que McCain rechace reunirse con Zapatero muestra que pretende seguir con la política de [el vicepresidente de Estados Unidos, Dick] Cheney de imponer al mundo nuestra política exterior en lugar de trabajar juntos y cooperar" con otros países. Obama hizo estas declaraciones en una entrevista concedida desde Florida a las emisoras de Unión Radio, grupo del que forma parte la cadena SER.
Preguntado por la política que mantendría con Cuba si llegara a la presidencia, Obama defendió el embargo económico como medida de "presión a Raúl Castro para lograr la liberación de los presos políticos y promover libertades como las de prensa y religión".
Pese a ello, se mostró dispuesto a flexibilizar las restricciones que los cubanos que viven en Estados Unidos tienen para enviar dinero o visitar la isla: "Sería la señal de un nuevo enfoque en nuestras relaciones, decir que estamos en el siglo XXI y no en el XX, aunque el embargo debe seguir hasta que haya una clara señal de que estas libertades están garantizadas" en la isla.
Diálogo con Chávez
Obama también se mostró dispuesto a estrechar relaciones con el Gobierno venezolano, a cuyo presidente, Hugo Chávez, dedicó una de cal y otra de arena. La de arena fue censurarle por "explotar y promover el sentimiento antiestadounidense en la región", aunque admitió que el Gobierno de George Bush se lo ha puesto fácil: "EE UU ha estado tan centrado en Irak que ha dejado de lado Latinoamérica. Hemos dedicado el mismo tiempo a esta zona en un año que a Irak en una sola semana", dijo el candidato demócrata.
Sobre Colombia, Obama tuvo palabras de elogio para el presidente Álvaro Uribe, aunque no ocultó sus recelos sobre el tratado de libre comercio con este país, un asunto clave en la campaña estadounidense para captar el voto de Estados industriales deprimidos económicamente, como Ohio o Michigan.
"Uribe está trabajando duro para hacer frente a la violencia y a los carteles de la droga, pero le he comentado que es necesario que los derechos de los trabajadores estén plenamente garantizados. Representantes sindicales han sido asesinados o han desaparecido en Colombia y no me sentiría cómodo firmando un tratado de libre comercio con un país hasta que no esté seguro de que sus trabajadores gozan de plena seguridad".
Bush y Uribe instaron el pasado domingo a los dos candidatos presidenciables a dar luz verde al tratado.
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