Un veterano principiante
Banderas recibe esta noche el tercer Premio Donostia para un español
Él asegura que el tiempo pasa para todos, que ya hace 26 años que vino por primera vez a San Sebastián a presentar Laberinto de pasiones. Pero visto lo visto ayer, Antonio Banderas (Málaga, 1960) se mantiene como entonces: "Me siento como si estuviera empezando. Soy un contador de historias, llevo en esto desde los 12 o 13 años. Mi motor está aún vivo. Como no he tenido grandes desilusiones en esto, tengo la sensación que aún no he empezado". En la rueda de prensa de su película The other man, que inauguró anoche -fuera de concurso- la sección oficial, el malagueño, acompañado de Richard Eyre, director del filme y convidado de piedra en la lección de buen hacer y simpatía de su actor, habló de sus sentimientos sobre la interpretación y el amor, de sus próximos proyectos, de Obama y de su relación con Pedro Almodóvar que le entregará esta noche el Premio Donostia -el tercero que recibe un español-.
Por partes. Sobre el director manchego y una posible película juntos: "Hace ya tiempo que no tenemos contacto. Colaboramos 10 años en cinco películas y por supuesto no habrá sólo un abrazo en el escenario... Aunque ya veremos qué nos depara la vida". Metido en harina política, Banderas mostró su temor al Partido Republicano. "Ayer por la noche, estuve en una cena de apoyo con Obama. Yo no soy estadounidense, pero mi hija sí. Y el futuro de mi hija lo veo en las manos de Barack Obama, no en las de McCain. Da miedo otro mandato republicano".
Próximos proyectos
Tampoco escondió sus próximos proyectos: "Voy a rodar con Luis Mandoki [director mexicano afincado en Hollywood]. Hace mucho que no filmo en español, me ilusiona. Y estoy rematando con [el escritor] Antonio Soler un guión muy complejo sobre Boabdil, el último califa de Granada, que me permitirá reflexionar y mirar con distancia los acontecimientos actuales. Espero dirigirlo pronto. Dirigir me ha hecho más dúctil y flexible como actor. ¿Trabajar con Bardem? Me gustaría, le respeto como actor y como persona. Me parece íntegro, sólido, por dentro y por fuera. También estoy buscando un proyecto para volver al teatro, a Broadway". Y aseguró estar "lleno de gratitud, incluso abrumado" por recibir el Donostia. "Sólo lo han recibido otros dos españoles: Fernando Fernán-Gómez y Paco Rabal. Con el primero trabajé tres veces y me intimidaba mucho. El segundo era un buen amigo". Tras una hora de charla, Banderas se marchó, dejando la sensación habitual, la de ser el amigo simpático que ha triunfado.
Babelia
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