CC OO confirma que avanza la fusión BBK-Kutxa y la apoya con condiciones
El PSE y el PP expresan su rechazo a una "absorción" por parte de la caja vizcaína
La fusión de la BBK y la Kutxa en solitario está en marcha, tras el bloqueo de la operación a tres con la Vital, y podría cerrarse a finales de año. La confirmación de las negociaciones que llevan desarrollando las cajas de Vizcaya y Guipúzcoa no se produjo ayer por parte de sus direcciones, sino que provino del sindicato CC OO, que puede tener la llave de la operación, al ser la tercera fuerza en las asambleas generales que deben autorizarla por mayoría de dos tercios (67 votos de 100).
Las dos entidades implicadas guardan silencio, pero no niegan los contactos
La central aseguró que en "diversos órganos" de las cajas y en "reuniones varias" se ha expresado la "voluntad firme" de la BBK y la Kutxa de "fusionarse" y de iniciar los trámites administrativos previos con "la mayor brevedad", para concluirlos a finales de año. En el mismo comunicado, CC OO se mostró dispuesto a apoyar la integración de ambas cajas, si garantizan el mantenimiento del empleo y la homologación de condiciones laborales, el mantenimiento de la Obra Social y una mayor pluralidad y autonomía en los órganos de gobierno de la entidad resultante. Unas condiciones que el sindicato ya ha trasladado a "las más altas instancias" de las dos entidades y al PNV, que aparece como un destacado muñidor de las negociaciones, especialmente en Guipúzcoa.
La fusión a dos, sin embargo, recibió el rechazo rotundo del PSE y del PP, que coincidieron en considerarla "una absorción dura y pura de la Kutxa por parte de la BBK", según palabras del secretario general de los socialistas guipuzcoanos, Iñaki Arriola. Una postura que Arriola adelantó el jueves al presidente de Kutxa, Xabier Iturbe.
Frente a la franqueza de CC OO, los protagonistas de la operación se refugiaron en el silencio, que fue absoluto en el caso de la caja guipuzcoana y poco comprometido en el de la vizcaína. Un portavoz de la BBK se limitó a indicar que, "hoy por hoy" no existe ningún acuerdo, y condicionó su avance a que se consigan las mayorías necesarias en las asambleas de las dos entidades. Una vez asegurados los 67 votos necesarios para modificar los estatutos, lo que se podría testar en las asambleas de octubre, los siguientes pasos serían rápidos.
Según fuentes conocedoras de las negociaciones Kutxa-BBK, la iniciativa va "en serio" y no se trata de una maniobra para forzar al PSE a levantar el veto temporal que ha puesto a la fusión de las tres cajas diseñada en 2005 por las resistencias encontradas en Álava y el clima político creado por la convocatoria de la consulta del lehendakari. No obstante, subrayaron que siempre cabría la posibilidad de que más adelante se sumara la Caja Vital. Sin embargo, otras instancias apuntaron que el diseño de una fusión a dos bandas, con el consiguiente reparto de órganos y sedes, haría muy complicado abrir luego los acuerdos a la Vital. Por otro lado, subrayaron las dificultades políticas que puede encontrar el empeño en Guipúzcoa, con el PSE y el PP a la contra, y en plena campaña preelectoral.
El anuncio de las gestiones, adelantadas ayer por los diarios de Vocento, reventó en la clausura de un curso de verano que reunió en San Sebastián a los presidentes de las tres cajas y a la vicelehendakari Idoia Zenarruzabeitia. Ninguno de los presentes quiso manifestarse sobre la cuestión y la reacción del Gobierno vasco provino de un portavoz del Departamento de Hacienda que se limitó a señalar que, en el caso de que las negociaciones fructificaran, el Gobierno "no sería un obstáculo" a la fusión de ambas entidades. El presidente de la Vital, Gregorio Rojo, pospuso a la próxima semana una valoración sobre la situación. Sin embargo, el malestar era palpable en instancias de la caja alavesa, que ha apoyado siempre la fusión de las tres.
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