Beneficios y exportaciones, en la senda del crecimiento

Entre muchas, una de las conclusiones que se puede extraer del Barómetro establece una expectativa directamente inversa entre beneficios y empleo. Es decir, las empresas gallegas confían en mejorar su cuenta de resultados en una proporción similar a la restricción que llevarán a cabo sobre nuevas contrataciones. Así, para la segunda mitad del año son ocho de cada diez las empresas que prevén incrementar su resultado bruto (beneficio antes de impuestos), mientras que el 20% restante admite que se reducirá.

Estas previsiones se mantienen inalterables frente a los registros obtenidos durante el segundo trimestre (abril-junio), cuando un 80% de los consultados reconocía haber mejorado su cuenta de resultados.

Si son siete de cada diez los empresarios gallegos consultados que consideran que las condiciones del mercado durante los próximos meses sufrirán un deterioro, ¿qué sucede con las exportaciones? De acuerdo con la consulta, realizada entre empresas de los más amplios sectores y áreas de actividad (fabricantes, detallistas, construcción, finanzas y seguros, agricultura...), 60 de cada 100 empresas se muestran optimistas en cuanto a sus ventas a terceros países, mientras que el 40% restante dan por hecho que al cierre del año se habrán mantenido en unos parámetros similares a los resultados obtenidos en 2007.

Crece el pesimismo

A mayor dimensión de la compañía, más importancia tienen las exportaciones. De acuerdo con la muestra, para tres de cada diez empresas consultadas las ventas al exterior representan un 30% del total de su cifra de negocio, lo que da idea del recurso que representa la exportación en épocas de vacas flacas en el mercado de consumo doméstico.

La crudeza de la incertidumbre es tal entre la clase empresarial que la totalidad de los empresarios gallegos consultados consideran que el deterioro irá a más en lo que resta de año. El estudio, realizado, entre los meses de mayo y junio, contrasta con la anterior entrega, que data del período comprendido entre marzo y abril. Entonces, eran 75 de cada cien consultados los que creían que la ralentización de la economía aumentaría. En el conjunto de España, según los datos del Barómetro, el pesimismo es mayor, porque esta opinión negativa la reflejaba el 84% de los encuestados.