Un primer destructor de EE UU llega a Georgia con ayuda humanitaria
Sarkozy convoca una cumbre de la UE para tratar la crisis del Cáucaso
El destructor McFaul, de la armada de EE UU, llegó ayer a Batumi, el principal puerto de Georgia, cargado oficialmente con ayuda humanitaria, aunque Moscú teme que en realidad haya llevado también armas. Los rusos, a pesar de que la semana pasada aseguraron haber concluido su retirada del país, permanecen en algunos lugares de Georgia, particularmente en el puerto de Poti, mientras crecen las presiones internacionales para que replieguen todas sus tropas a las regiones separatistas y a Rusia misma.
Un tren cargado de combustible se incendia tras explotar una mina
El McFaul llevó a Georgia colchones, mantas, artículos de higiene y alimentos por algo más de 10 millones de euros. La ayuda está destinada a las decenas de miles de personas que se han visto desplazadas por la guerra y han tenido que abandonar sus hogares. También estaba prevista anoche la llegada de otros dos buques con ayuda estadounidense, según informó el canal de televisión georgiano Rustavi-2.
El conflicto entre Rusia y Georgia se desencadenó los pasados días 7 y 8, cuando Tbilisi intentó recuperar la región separatista prorrusa de Osetia del Sur y el Ejército ruso invadió Georgia con el argumento de defender a sus conciudadanos. Finalmente, Moscú se comprometió a retirar sus tropas, pero algunos soldados siguen en el país.
Rusia está preocupada y molesta por la presencia de los buques estadounidenses, así como por las maniobras navales que realizan en el mar Negro otras cuatro naves de guerra de la OTAN, entre las que se encuentra la fragata española Almirante Juan de Borbón. "Este incremento de la presencia naval de la OTAN en el mar Negro agrava la situación", según los militares rusos, que también manifestaron sospechas de que los buques de EE UU estén transportando en realidad armas a Georgia. Batu Kutelia, viceministro de Defensa de Georgia, negó la posibilidad de que esos buques de guerra hayan traído armamento, y afirmó que "transportan sólo ayuda humanitaria y asistencia para restablecer las infraestructuras civiles y militares destruidas por las tropas rusas". Con estas declaraciones, reconocía que la misión no es exclusivamente humanitaria, y no cabe duda de que la ayuda en el restablecimiento de las infraestructuras militares georgianas no será del agrado del Kremlin.
Las tropas rusas mantienen por lo menos seis puntos de control en los alrededores de Poti, ciudad portuaria ubicada a 60 kilómetros de la región separatista de Abjazia y a 200 de Osetia del Sur, es decir, lejos de una zona de seguridad que penetra, según el sector, entre 6 y 18 kilómetros en territorio de Georgia. Moscú considera que el acuerdo de alto el fuego entre Rusia y Georgia, patrocinado por Francia, se lo permite.
Pero Estados Unidos, Francia y Alemania disienten. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, exigió el sábado pasado a su homólogo ruso, Dmitri Medvédev, una "retirada rápida". Francia, que ejerce este semestre la presidencia de la UE, anunció ayer la convocatoria de una cumbre de jefes de Estado de los 27 miembros de la Unión el 1 de septiembre en Bruselas, para tratar la crisis de Georgia.
El Kremlin desmintió ayer que Sarkozy y Medvédev hubieran acordado el sábado por la noche la sustitución de las tropas rusas en las zonas de seguridad por misiones de observación de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Un portavoz ruso puntualizó que lo que dijo Medvédev es que reiteraba "la disposición de las tropas rusas de cooperar con la OSCE".
Mientras, un tren que transportaba combustible se incendió después de que a su paso explotara una mina cerca de Gori, patria chica de Stalin y ciudad estratégica de Georgia. Según el Gobierno de ese país, las tropas rusas minaron las vías férreas antes de retirarse a Osetia del Sur. La explosión ocurrió cerca de la localidad de Skra, lugar donde los rusos destruyeron el viernes pasado un depósito de municiones perteneciente al Ejército georgiano.
Osetia del Sur acusa a Tbilisi de estar concentrando tropas en la frontera con la región separatista. Una portavoz de los secesionistas declaró ayer que las fuerzas georgianas dispararon anteanoche contra las aldeas de la zona, cuya población tuvo que huir para ponerse a salvo.
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