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Guerra en el Cáucaso

Rusia viola el alto el fuego

Las tropas rusas se adentran en territorio georgiano y vuelven a atacar Gori - Los separatistas de Abjazia dan por 'liberada' la región con el apoyo de Moscú

Georgia acusó ayer a Rusia de haber violado el alto el fuego con el despliegue de sus tropas y las de sus aliados surosetios por varias zonas del interior del país, especialmente en la ciudad de Gori, la segunda urbe georgiana y la más dañada por la guerra que ya dura seis días, a sólo 30 kilómetros de la frontera con el enclave separatista de Osetia del Sur.

La población local, afirmó el Gobierno del presidente Mijaíl Saakashvili, huyó presa del pánico a pie hacia la capital georgiana. Moscú, a pesar de las imágenes y los relatos de varios periodistas, negó durante toda la jornada que sus tanques y soldados hubieran ocupado Gori.

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El Ministerio del Interior de Georgia insistió en que blindados rusos cortaron la carretera que une Gori con Tbilisi, a sólo 70 kilómetros al sur, interrumpiendo el tráfico hacia los puertos en el mar Negro. La televisión georgiana Rustavi-2 también informó de que tanques rusos destruyeron las instalaciones militares de la Brigada de Artillería del Ejército georgiano en Gori. Las instalaciones habían sido abandonadas durante la ofensiva rusa del lunes. También hubo denuncias de Georgia sobre acto de vandalismo y pillaje llevado a cabo por surosetios al amparo de las fuerzas rusas en las aldeas cercanas a la carretera entre Gori y la región prorrusa.

Este ataque sí fue confirmado por Moscú, aduciendo que sus tropas habían encontrado en los alrededores de Gori "un depósito con municiones y equipo militar en buen estado". El depósito estaba abandonado y, a fin de obtener "la desmilitarización de la zona adyacente a la región en conflicto y para garantizar la seguridad de la población civil, los pacificadores rusos han retirado el armamento y la munición", explicó un portavoz del mando militar ruso. Esto demuestra claramente que las tropas rusas sí traspasaron ayer la frontera de Osetia del Sur y se internaron en territorio propiamente georgiano, violando la tregua.

Estados Unidos reaccionó con dureza a la actuación rusa. En la mayor demostración de respaldo de Washington a su aliado georgiano en estos días, el presidente George Bush anunció el envío de buques y aviones militares de ayuda humanitaria a Georgia y exigió una vez más a Rusia que detuviera de una vez por todas los ataques. EE UU también solicitó una reunión de urgencia de la OTAN para el próximo martes.

El conflicto del Cáucaso, una zona clave del tránsito del crudo del mar Caspio, ha puesto los nervios de punta a Occidente. En Bruselas, los ministros de Exteriores de la UE acordaron enviar más observadores para verificar el acuerdo de alto el fuego para Osetia del Sur negociado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, en nombre de la Unión.

A propósito del acuerdo, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, relató que después de que Sarkozy viajara en la noche del lunes a Tbilisi con el documento de seis puntos consensuado con el presidente ruso, Dmitri Medvédev, tuvo que volver a llamar a éste para covencerle de que permitiera introducir modificaciones en el texto. El problema era que el presidente georgiano Mijaíl Saakashvili se negó a aceptar el documento si no se borraba la alusión al futuro estatus de Abjazia y Osetia del Sur. Saakashvili no podía dar su visto bueno a una cláusula que abría, aunque fuera hipotéticamente, las puertas a un posible reconocimiento futuro de las regiones separatistas.

Medvédev accedió a borrar la alusión al estatus, con lo que el sexto punto, en su versión definitiva, recoge sólo la necesidad de comenzar un debate internacional con vistas a garantizar la estabilidad de Abjazia y Osetia del Sur. Los otros puntos del acuerdo son: retirada tanto de las fuerzas georgianas como rusas, el alto el fuego, acceso de la ayuda humanitaria y compromiso de no emplear la fuerza.

El Kremlin se avino a borrar del texto las palabras que exigía Saakashvili, porque, como dejó entrever Lavrov, los rusos piensan aprovechar el debate internacional sobre la seguridad de Abjazia y Osetia del Sur para plantear de todas maneras la anexión o la independencia de estas regiones separatistas. "Lo hemos aceptado por cuanto no tiene importancia, ya que sin cambiar el estatus es imposible garantizar la seguridad de Abjazia y Osetia del Sur", explicó Lavrov.

Aprovechando el revuelo del conflicto, los separatistas de Abjazia festejaron ayer la "liberación" de la región tras la conquista el martes de los altos del desfiladero del Kodori. Era la última porción de territorio abjazo que no estaba en manos de los separatistas desde que en julio de 2006 las fuerzas georgianas se apoderaron de la zona e instalaron el llamado Gobierno de Abjazia en el exilio. Rusia apoyó a los abjazos reforzando su presencia militar con 9.000 hombres y 350 blindados, además de patrullar las costas frente a la región separatista con navíos de guerra de la flota del mar Negro, con base en Crimea, en Ucrania. La utilización de esos buques ha irritado al presidente ucraniano, Víktor Yúshenko, que desde ahora exige un permiso especial a los buques, aviones y personal de la flota rusa para cruzar la frontera hacia Crimea.

Soldados rusos patrullan las calles de Tsjinvali a bordo de un blindado entre los restos de tanques georgianos destrozados.
Soldados rusos patrullan las calles de Tsjinvali a bordo de un blindado entre los restos de tanques georgianos destrozados.AP

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