Montilla pide a Zapatero que asuma el coste político de la financiación catalana

José Luis Rodríguez Zapatero pudo escuchar ayer sin intermediarios el clamor de los socialistas catalanes para que demuestre ahora su apuesta por la España plural y que lo haga cumpliendo sus compromisos sobre la financiación de la Generalitat. El presidente del Gobierno asistió a la clausura del congreso del Partit dels Socialistes (PSC) y, pese a prometer que la financiación de Cataluña "mejorará", sus inconcreciones le valieron una lluvia de advertencias del reelegido líder de los socialistas catalanes, José Montilla, quien le pidió que asuma el desgaste político que puede ocasionarle mejorar la financiación de Cataluña.

"En el PSC te queremos, José Luis, pero aún queremos más a Cataluña y a los catalanes", dijo Montilla a modo de aviso antes de recordar a Zapatero que la financiación forma parte del Estatuto, una ley "que tu también votaste".

El discurso de Montilla estuvo cargado de intencionalidad en un intento de forzar el acuerdo antes de la fecha tope del 9 de agosto que fija el Estatuto. El desarrollo de las primeras conversaciones no han gustado al Gobierno catalán como se verá mañana en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. En este foro, el consejero de Economía, Antoni Castells, rechazará por "inconcreta" la propuesta del vicepresidente Pedro Solbes. Montilla recurrió a la metáfora para decirle a Zapatero que está descontento con la propuesta. "La música no nos ha gustado, esperaremos a ver las siguientes notas y la letra".

Con todo, también hubo mensaje conciliador. Montilla recurrió al refranero para demostrarle a Zapatero que la exigencia no es sinónimo de hostilidad. "Quien bien te quiere te hará sufrir", dijo el presidente de la Generalitat al tiempo que se mostró comprensivo con el chaparrón que deberá aguantar Zapatero si llega a un buen acuerdo sobre la financiación catalana. "Somos conscientes de los costes que supone para ti", dijo.

Zapatero intentó calmar a los socialistas catalanes con un discurso optimista. No se refirió a las líneas maestras de la financiación que marca el Estatuto y que la propuesta de Solbes también elude, pero sí se comprometió a mejorar las cifras actuales. La modificación, dijo, mantendrá a rajatabla el principio de "solidaridad" y, ante un auditorio más bien incrédulo, aseguró que "no es necesario que nadie pierda" con el nuevo sistema. "Podemos hacer que todos ganen", dijo sin concretar cómo.

El presidente Zapatero recordó algunos de los compromisos sobre Cataluña que su Gobierno ha cumplido para decir que nada será diferente ahora. Aceptó que los buenos resultados de los socialistas en Cataluña el pasado 9-M, decisivos para la victoria del PSOE, se debieron al "cumplimiento de la palabra dada". "Llegaremos a un acuerdo", concluyó.

Eso sí, Zapatero no se quedó callado ante las crecientes voces de los sectores más catalanistas del PSC, que exigen un grupo propio de los socialistas catalanes en el congreso. "El destino del PSOE y del PSC es ir juntos", dijo.

El presidente hizo caso omiso al acuerdo del congreso del PSC para impulsar una reforma constitucional que oriente la estructura del Estado hacia el modelo federal. Zapatero se limitó a repetir sus habituales referencias a la "España plural" y Montilla respondió con una apuesta por la "España federal". No citó, eso sí, la reforma constitucional. Y es que la dirección del PSC no piensa, por ahora, convertir la reforma constitucional en un caballo de batalla. Se dan por satisfechos con haberle hecho llegar al PSOE un mensaje nítido de defensa del federalismo.

La estrategia le ha valido a Montilla un apoyo casi unánime de su partido en un congreso plácido que ha contrastado con los que han celebrado los otros partidos catalanes en las últimas semanas. El primer secretario del PSC fue reelegido con el apoyo del 96,84% de los delegados.