Extranjeros en barracones
Aún se frotan los ojos. Los directores de las tres escuelas de Reus que cederán suelo para los Espacios de Bienvenida no pueden dar más detalles. "Nadie nos ha notificado nada", coinciden los afectados. La situación delata la improvisación que rige el plan de la Generalitat. "¿Por qué ponen este edificio aquí? Ni idea", dice otro director.
Más que edificios, dos de los espacios son barracones prefabricados de 50 metros cuadrados con capacidad para unos 40 alumnos y añadidos a las escuelas. Uno de ellos está pendiente de instalación. "¿Espacio de bienvenida? ¿Esa cosa que pondrán allí?", comenta la directora de un centro mientras señala una esquina del patio. Falta también levantar la valla que lo separe de la escuela: ambos centros compartirán recinto, pero serán independientes. "Han garantizado que ni se cruzarán con nuestros alumnos", sostiene. El barracón ya estaba construido: acogía un aula de primaria que lleva años en desuso.
El tercer centro de Reus se adaptará dentro de la escuela, pero requiere obras que aún no han empezado. El único centro de Vic aprovechará el primer piso de una escuela para adultos, que se agrupará en el piso de arriba. "Pero no tienen ni muebles", avisa un docente de ese centro. A mes y medio de arrancar, la bienvenida está por hacer.
El plan de la Generalitat, cocinado a fuego rápido, aúna críticas en todos los frentes y ciudades. Los Ayuntamientos de Vic y Reus admiten con la boca pequeña que apenas se ha contado con ellos. Y los inmigrantes, tras desgañitarse ante la posible segregación, lamentan que el plan descubre trazas de racismo. "Aún esperamos que nos planteen si queremos que nos separen y nos aíslen", denuncia Halil, portavoz de las asociaciones magrebíes de Reus.
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