Integración frente al tremendismo
Iturgaiz quiere que el "diamante San Gil" vuelva a brillar al frente del partido
Antonio Basagoiti ejerció ayer de líder del PP vasco sin haber sido investido como presidente de esta formación. Los discursos tremendistas, como el pronunciado en la primera jornada del 12º Congreso del PP vasco por su ex presidente Carlos Iturgaiz, o la defensa encendida del legado de María San Gil que ayer hizo el número dos saliente, Carmelo Barrio, fueron contrarrestados por una orden escueta de Basagoiti a sus correligionarios: "Ahora, discurso de integración".
Quiroga, Garrido, Martínez, Iturmendi y Bengoetxea van a la ejecutiva
Antonio Basagoiti ejerció ayer de líder del PP vasco sin haber sido investido como presidente de esta formación. Los discursos tremendistas, como el pronunciado en la primera jornada del 12º Congreso del PP vasco por su ex presidente Carlos Iturgaiz, o la defensa encendida del legado de María San Gil que ayer hizo el número dos saliente, Carmelo Barrio, fueron contrarrestados por una orden escueta de Basagoiti a sus correligionarios: "Ahora, discurso de integración".
Lo contaba anoche, en una conversación informal con este periodico, el que será desde hoy secretario general del PP vasco, el alavés Iñaki Oyarzabal. El "diamante" en el que convirtió Iturgaiz a la aún presidenta de los populares vascos -que como Jaime Mayor Oreja fue citado por casi todos los que ayer tomaron la palabra- brilló apenas unos pocos minutos. El ex presidente del partido y ahora eurodiputado clamó ante el plenario: "No podemos tirar nuestros diamantes al cubo de la basura o al mar (...) También necesitamos a María San Gil". Y animó a los dirigentes que recogerán el testigo de la dirección del partido a partir de hoy a mantener siempre "abiertas las puertas de este partido, de par en par". Porque en el PP vasco "cabemos todos, no sobra nadie", subrayó.
Buena parte de los compromisarios críticos con el nuevo proyecto del PP que Antonio Basagoti y su equipo -Iñaki Oyarzabal, Alfonso Alonso, María José Usandizaga, Leopoldo Barreda Arantza Quiroga, Esther Martínez...- pretenden llevar adelante para "conectar" con los vascos, se colocaron en el fondo sur de la sala del Palacio Euskalduna, donde se celebró el cónclave popular. Su voz fueron los aplausos, muy insistentes, cuando sonaba el nombre de María San Gil; y, en términos políticos, las siete enmiendas a la ponencia política que alaveses como Santiago Abascal defendieron ayer, en la comisión donde se discutió el documento. Tuvieron su minuto de gloria, jalearon a Iturgaiz y su discurso tremendista -llamó al lehendakari "presunto delincuente" y le acusó de "malversación de fondos" por destinar más de 5 millones de euros para la consulta-. Una intervención que recordaba a los tiempos de Mayor Oreja. Pero se quedaron ahí.
Iturgaiz puso en marcha de nuevo el aplausómetro cuando reclamó a la nueva dirección que el "objetivo interno" casi prioritario debería ser que ese "diamante" que es San Gil, ausente ayer en el congreso, "vuelva a brillar al frente de este partido". Con todo, el eurodiputado puso en valor al próximo líder, del que dijo es una "gran persona y un gran político". Y le extendió un cheque en blanco al afirmar que estaba "seguro de que va a seguir la estela política de los anteriores presidentes, Mayor y San Gil". "Sé tu mismo", le aconsejó finalmente a Basagoiti.
Mucho más comedido y elegante en su intervención estuvo Carmelo Barrio, que se despedía emocionado, ante los 401 compromisarios, tras 12 años de secretario general: "ocho años con Carlos Iturgaiz y cuatro con María", precisó. El número dos saliente inició su informe de gestión, aprobado por unanimidad, agradeciendo a Iturgaiz "estar en plena forma" política por su intervención y colocando en un pedestal a San Gil. "Lo mejor que hemos tenido en nuestro partido", aseguró. Y apuntalando su legado político con una frase que sonó a mandamiento: "Comparto todos y cada uno de las decisiones que ha tomado".
Precisamente, son esas decisiones, cuestionar el liderazgo de Mariano Rajoy, criticar su supuesto cambio de rumbo o la de presentar su dimisión, las que sumieron al partido en la peor crisis que ha vivido desde que Mayor sacó al centro derecha no nacionalista del ostracismo y la nada política en los años 80.
La persona que para Iturgaiz es un diamante, para Barrio es una "líder exigente, exhaustiva y honesta", que ha defendido como nadie a las víctimas del terrorismo y ha denunciado a un lehendakari desafiante con la Constitución y la nación española. Así, recordó su valía en aquella difícil campaña de las autonómicas vascas, en la que el PP parecía que se iba a desplomar, pero que San Gil consiguió traducir en 15 escaños en la Cámara vasca. O su entereza al superar su enfermedad.
Pidió nada menos que la ayuda de Dios para el partido, y "especialmente" para Basagoiti, y le animó, como Iturgaiz, a no dejar a un lado "las señas de identidad" del PP. Todos los compromisarios se pusieron en pie cuando bajó del escenario. Y en el aire quedaba la orden de Basagoiti: "Integración, integración".
Abascal logra introducir parte de sus enmiendas críticas
Había tranquilidad en los dirigentes que pilotarán el nuevo PP vasco. Como si la presencia de los críticos, arremolinados en el fondo de la sala no tuvieran mucho futuro. Una sensación que tuvo su reflejo en la discusión en comisión de la ponencia política. Santiago Abascal aseguro ayer a este periódico, tras ver aceptadas o transaccionadas algunas de las siete enmiendas que había presentado a la ponencia, que "es un paso importante en la integración". "No salgo como he entrado al congreso", apuntaba minutos antes de las 21 horas.
En concreto, el parlamentario alavés, claramente alineado en sector crítico, explicó que había logrado que la ponencia política recoja que el PNV y EA, preferentemente, son dos partidos que "no colaboran suficientemente en la derrota del terrorismo". Su enmienda, en consonancia con lo defendido por María San Gil en la discusión de la ponencia política del PP nacional, hablaba abiertamente de que los partidos nacionalistas "obstruían" la derrota de ETA.
Abascal logró también incluir el concepto "centro derecha" en alguno de los párrafos del documento como seña de identidad del partido. "Esto es importante, porque es una enmienda de definición ideológica", explicó ayer. Al tener más del 30% del apoyo en comisión, las enmiendas votadas o las transaccionadas pasan a integrarse en el texto final, que deberá ser votado hoy por el pleno del cónclave popular.
Santiago Abascal, sin embargo, mantenía sus reservas con el equipo elegido por Antonio Basagoiti para la nueva Ejecutiva, una lista que hoy se dará a conocer en su integridad y que tiene una amplia representación femenina. Las parlamentarias Laura Garrido, Esther Martínez y Juana Iturmendi, y la edil de Irún Juana Bengoetxea ocuparán las vicesecretarías. Arantza Quiroga será vicesecretaria general.
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