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Montserrat Abelló gana el Premi d'Honor de les Lletres Catalanes

La poetisa lamenta que sólo hayan premiado a tres mujeres en 40 años

A sus 90 años, en un momento de intensa actividad creativa -"ahora escribo más que nunca", confiesa-, dando muestras de una inteligente ironía y de una memoria prodigiosa que contrasta con su aspecto frágil -se mueve en silla de ruedas-, la poetisa y traductora Montserrat Abelló (Tarragona, 1918) recibió ayer el 40º Premi d'Honor de les Lletres Catalanes. Un premio que tan sólo han recibido dos mujeres (Mercè Rodoreda en 1980 y Teresa Pàmies en 2001) en las cuatro dècadas de historia del galardón, que concede Òmnium Cultural y que está dotado con 30.000 euros. "No me enorgullece ser la tercera mujer en recibir el premio, más bien me entristece pensar que tendría que haber tantas mujeres en la lista de galardonados. Soy feminista, a veces hay que serlo a la fuerza", sentenció Abelló, quien invitó al jurado a premiar a Carme Riera, Maria Barbal, o a tantas otras autoras, "antes de que cumplan 90 años, porque quizá entonces ya será demasiado tarde".

A ella, los galardones no le han llegado "hasta última hora". No se lamentó por ello: "Nunca he corrido detrás de los premios y el único que me presenté fue declarado desierto", ironizó. Pese a ello, aparcó su habitual modestia por un momento para confesar que se sentía merecedora del Premi d'Honor de les Lletres Catalanes. "Me lo merezco por mi catalanidad. Soy catalana hasta la médula, nunca en el exilio dejé de usar el catalán y gracias a esta lengua, tan rica, he podido escribir poemas buenos", dijo.

La obra poética de Abelló, que suma 10 títulos, lleva impresa la huella de la Guerra Civil y el exilio, de una trayectoria vital paralela a la de Mercè Rodoreda y Agustí Bartra, autores de quienes este año se celebra el centenario de su nacimiento y cuya obra fue recordada anoche en el acto de entrega del premio en el Palau de la Música Catalana.

Durante su exilio en México, adonde huyó en 1939 después de un año y medio en Francia e Inglaterra, Abelló conoció "la fuerza de la poesía" en un taller literario al que se apuntó. No ha dejado de escribir poesía desde que publicó, con 45 años, su primer poemario, Vida diaria (1963), apadrinado por su amigo en el exilio, el poeta Joan Oliver.

Pero su energía creadora ha transitado también por el camino de la traducción. Abelló, que a los 57 años acabó la carrera de Filología inglesa que había iniciado antes de la guerra, ha dado voz catalana a grandes narradoras y poetisas anglosajonas (entre otras, Agatha Christie, Iris Murdoch, Alice Walker, Margaret Atwood, y, sobre todo, Sylvia Plath). Y, viceversa, gracias a sus traducciones los lectores de habla inglesa han conocido las obras de Maria Àngels Anglada, Maria Mercè Marçal y Salvador Espriu.

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