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Los barones peronistas aprovechan la huelga agraria para atacar a los Kirchner

La falta de combustibles en las urbes argentinas agudiza el malestar popular

Jorge Marirrodriga

La cuña más eficaz es la que está hecha de la misma madera y esa posibilidad es precisamente la que está cristalizando en Argentina, donde los grandes barones del peronismo han multiplicado sus contactos en los últimos días para apartar a los Kirchner del poder. Se trata de hacerlo primero en el histórico Partido Justicialista y posteriormente en las instituciones, aunque el mandato de Cristina Fernández no concluye en teoría hasta 2011.

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Una vez más está quedando demostrado que en Argentina el partido en el poder es a la vez la principal fuerza de la oposición. Desde que Néstor Kirchner llegara al poder en 2003, el oficialismo no se ha mostrado preocupado por las sucesivas derrotas a nivel local a manos del partido de centroderecha de Mauricio Macri o por el segundo puesto en las presidenciales del centro-izquierda de Elisa Carrió. Es más, ambos políticos han estado prácticamente desaparecidos durante toda la actual crisis del campo, el mayor desafío a los Kirchner, y sólo en las últimas horas han comenzado a dejarse ver.

Los Kirchner han centrado siempre su fuego en acabar con la resistencia dentro del propio peronismo. En 2005, Cristina Fernández infligió una durísima derrota en las urnas a las listas del ex presidente Eduardo Duhalde -curiosamente, mentor político de su esposo, el ex presidente Kirchner-, y hace unos meses, Kirchner accedió a la presidencia del Partido Justicialista. Gobernadores, alcaldes y cuadros del partido juraron lealtad al matrimonio presidencial. Todo parecía bajo control.

El enconamiento de la crisis del campo y la caída del apoyo popular, sin embargo, han dado alas a aquellos que mejor conocen los mecanismos capaces de acabar con el crédito de un presidente. Y lo saben porque previamente los han utilizado y luego sufrido en carne propia.

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El ex presidente Eduardo Duhalde (2002-2003), a quien se daba políticamente por acabado tras la derrota de sus listas en las legislativas de 2005, encabeza ahora un amplio movimiento al que ha sumado al influyente gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saa, al hermano de éste, Adolfo, quien presidiera el país durante 48 horas en 2002, a figuras de peronismo bonaerense y a alcaldes del superpoblado cinturón que rodea a la capital argentina. El líder piquetero oficialista Luis D'Elía no ha tardado en colgar a Duhalde el sambenito de "golpista".

Ésta es la oposición que levanta más preocupación en el Gobierno, cuyas decisiones son tomadas por un reducido número de personas y que ve cómo sus sucesivos intentos por desbaratar la huelga del campo y las protestas urbanas han terminado en fracaso. El vicepresidente del país, Julio César Cobos, emitió un comunicado el domingo en el que pedía que el Congreso fuera el foro donde se diriman las discusiones, lo que ha sido interpretado como un distanciamiento de la presidenta.

Pasado mañana, coincidiendo con la "jornada de protesta" convocada por los productores agrarios, Néstor Kirchner ha organizado un multitudinario acto en la plaza de Mayo en apoyo de su esposa. Ya el pasado sábado acudió a la plaza y antes se dejó ver mientras miembros de la Juventud Peronista pegaban carteles en los que se injuriaba al grupo periodístico Clarín. Un hijo de los Kirchner preside otra agrupación peronista que insulta a los medios de comunicación en los actos públicos.

Varios vecinos de Buenos Aires protestan con una cacerolada en apoyo a los agricultores.
Varios vecinos de Buenos Aires protestan con una cacerolada en apoyo a los agricultores.EFE

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Sobre la firma

Jorge Marirrodriga
Doctor en Comunicación por la Universidad San Pablo CEU y licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra. Tras ejercer en Italia y Bélgica en 1996 se incorporó a EL PAÍS. Ha sido enviado especial a Kosovo, Gaza, Irak y Afganistán. Entre 2004 y 2008 fue corresponsal en Buenos Aires. Desde 2014 es editorialista especializado internacional.

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