Follett triunfa en territorio Zafón
El autor de 'Un mundo sin fin' firma 2.000 ejemplares en tres horas - La cola de lectores le esperaba desde las seis de la mañana
Los dos interesados se levantaron a las tres de la mañana para iniciar su camino. Bernardino y Ken Follett. Uno en León y otro en Londres. Ambos acudirían a la misma cita, junto a otras 2.000 personas más, que ayer hicieron fila en el paseo de los Coches del Retiro para obtener la firma de "ese señor inglés que nos cuenta tantas cosas", apuntaba divertida Esther, madrileña de 35 años, "forofa declarada" de Follett porque le emocionan las historias medievales.
Bernardino y su familia, que llegaron a las puertas del Retiro a las seis de la mañana, fueron los primeros de la fila que vieron sus ejemplares de Los pilares de la tierra y Un mundo sin fin ya firmados a las 11.20. El escritor les recibió a todos con sonrisa afable y una rúbrica rápida. "Madre mía, tanta fila y no me pone ni mi nombre", se quejaba Elena, que estuvo cerca de hora y media en la fila durante el primer día de pleno sol madrileño de 2008.
La carpa, situada junto a la del Ayuntamiento, exhibía enormes fotografías de un Follett sonriente y la sentencia de que Un mundo sin fin, del que ya se han vendido 1.500.000 ejemplares en seis meses, es la continuación de Los pilares de la tierra, con seis millones.
La feria estaba a reventar, quizá para aprovechar los últimos estertores de la cita editorial madrileña. Pero también lo estaba el parque, ya ocupado por deportistas, cuerpos demasiado blancos buscando un poco de color, familias y turistas.
Al otro lado de la carpa de la follettmanía, la alemana Cornelia Funke sí que dedicaba uno a uno los libros, en una fila más modesta, a los niños y adolescentes que de la mano de sus padres se pasaron por allí con un ejemplar de Muerte de Tinta. Entre medias, Javier Sierra, Julio Llamazares, Matilde Asensi, Rosa Montero y Juan Cruz también charlaban con los lectores.
A las 2.30 Ken Follett, con traje azul y corbata a rayas, y que bien podría parecer una madura estrella de Hollywood, salía de su carpa-cueva, en la que había firmado 2.050 ejemplares entre sus últimos títulos, primeras tiradas o ediciones extranjeras. Una barbaridad, comparado con los 300 que rubricó hace siete días Ruiz Zafón. Alcira, venezolana de 67 años, y su hija Eileen, ya tenían cuatro firmas de Follett en la bolsa, pero no pudieron resistir pedirle a su escritor favorito que se fotografiara con ellas. Follett accedió y fue Eileen quien hizo click. Una instantánea perfecta. Alcira y Eileen se abrazaron felices. "Es que escribe bello y me tiene atrapada", declaraba Alcira.
No hubo cena madrileña anoche para Follett tras una dura jornada, que le dejó la mano resentida. El novelista más vendido en España vuelve a casa siempre que puede. Y se confiesa sin rubores: "Me encanta vivir con mi mujer".
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