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Iberoamérica traza un camino compartido para su escuela

América Latina avanza en la escolarización, pero no en calidad y equidad - 21 países suscriben una política común con metas de distintos niveles

J. A. Aunión

Los objetivos del milenio en Educación que fijó la ONU para 2015, como la escolarización básica universal en primaria en todo el mundo, ni se están cumpliendo ni parece que vayan a lograrse para esa fecha. "Con el esquema actual de cooperación internacional, será imposible alcanzarlos", sentenció hace unos meses el ministro de Educación de Brasil, Fernando Haddad. No obstante, América Latina es una de las zonas que más progresos ha hecho en los últimos años, y hay muchos países con posibilidades de cumplir esos objetivos de escolarización (en preescolar creció del 52% al 62% entre 1999 y 2005) y de acabar con el analfabetismo (que hoy afecta a 35 millones de personas).

Un fondo de cohesión de 2.000 millones respaldará el proyecto

Pero los progresos son escasos o nulos, reconocen distintos organismos internacionales, en temas como la calidad o la equidad. Los propios países son conscientes de que las cosas no pueden quedarse ahí, y de que una educación de calidad para toda la población es la base para el desarrollo económico y social de la región.

Así lo han visto los ministros de los 21 países iberoamericanos que se reunieron la semana pasada en El Salvador para acordar unos nuevos objetivos con el horizonte de 2021 (los bicentenarios de la independencia de países de América Latina se celebran hasta esa fecha). En 2010 llegarán los objetivos concretos, que de momento son metas generales como terminar de garantizar el acceso a la educación inicial y básica y continuar con secundaria y superior, mejorar la calidad, la inclusión social y el acceso a nuevas tecnologías en la escuela. Pero declaraciones de buenas intenciones y objetivos se marcan continuamente los organismos internacionales, y unas pocas veces se cumplen y otras muchas, no. ¿Qué diferencia este acuerdo de otros?

Para Álvaro Marchesi, secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), organismo promotor del encuentro de El Salvador, la diferencia fundamental es el compromiso de poner sobre la mesa 2.000 millones de euros, en forma de unos fondos de cohesión al estilo de los de la Unión Europea y que serán aportados por los países más ricos, entre ellos España y Portugal. Pero la obsesión de Marchesi es dotar de respaldo económico al proyecto, por lo que la idea es conseguir fondos adicionales de los organismos internacionales, de la UE, las empresas...

Además, el acuerdo conlleva el compromiso de marcarse por primera vez una política educativa común, con unos mínimos de acceso y calidad para toda la zona, pero teniendo en cuenta que se trata de un continente enorme, donde cualquier problema toma esa misma dimensión y donde las velocidades de los países son muy distintas, y las desigualdades están presentes también en el interior de cada país. Así, una de las grandes dificultades del proyecto consiste en hacer avanzar paralelamente desde la escolarización básica universal o la erradicación del analfabetismo, hasta la mejora del acceso a la universidad, a la que apenas llega el 20% de la población (entre los acuerdos está la creación de un centro de Altos Estudios Universitarios de la OEI), o la creación de un sistema fuerte, hoy casi inexistente, de Formación Profesional (FP).

"Por eso vamos a establecer dos niveles en las metas, uno para los países más avanzados y otro para los que los están menos [Nicaragua, Honduras o Guatemala]", explica Marchesi. Mientras el reto de estos últimos es lograr que los jóvenes estén escolarizados al menos ocho años, el de Brasil o México es llegar a los 12, por ejemplo.

Alumnos de la escuela de Pedro dos Santos, en Purupuru (Brasil).
Alumnos de la escuela de Pedro dos Santos, en Purupuru (Brasil).CARLOS DÍEZ POLANCO

La desigualdad se cuenta en millones

- 35 millones de niños no están escolarizados, según el último informe de la Unesco sobre América Latina y el Caribe. Las tasas de acceso en primaria marcan una "clara tendencia a la universalización", pero aún hay casos en los que al menos uno de cada 10 niños en edad de cursar no lo está haciendo.

- 35 millones de personas de más de 15 años se autodefinen como analfabetos.

- 88 millones de personas de más de 15 años no han concluido sus estudios primarios. Tampoco lo han hecho 4,5 millones de jóvenes entre 15 y 19 años. "Los desafíos mayores respecto de la conclusión universal de la educación primaria se concentran en algunos de países de Centroamérica", dice la Unesco.

- 14 millones de personas entre 20 y 24 años no han terminado la secundaria en toda la región. En algunos países los que terminan esta etapa no llegan al 70%.

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Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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