La apertura de las exportaciones da una tregua al precio del arroz
Las ventas de Japón y Pakistán provocan la mayor caída en cuatro años
Pakistán y Japón han dado esta semana un respiro a los precios internacionales del arroz. Ambos países anunciaron que exportarán cereal, y la sensación de que la tormenta de escasez de este alimento empieza a disiparse hizo que los precios cayeran a lo largo de la semana más de un 14,7% en la Bolsa de Chicago, el mayor descenso semanal desde abril de 2004, según las estadísticas de Bloomberg.
Tampoco es que el grano blanco sea ahora barato, pese a que lleva cinco días en números rojos: 100 libras de arroz (unos 45,3 kilos) valían 19,8 dólares, un 67% más que hace un año.
Las continuas subidas en el precio del arroz, principal alimento de medio mundo, han llevado a muchos países asiáticos a cerrar las fronteras de la exportación por miedo a no poder abastecer a su propia población. Pakistán, el quinto exportador mundial, decidió esta semana abrir el puño. Permitirá que un millón de toneladas de sus cosechas abastezcan el mercado internacional. Esta inyección de cereal es además una inyección de tranquilidad, ya que muestra una mayor confianza en las reservas, a lo que también ha ayudado la Organización de las Naciones Unidas, que el lunes anunció en un informe que la próxima cosecha de arroz será récord. Los precios elevados han animado a los países productores a potenciar la producción y las tierras destinadas a cereal.
Japón dio la otra bocanada de aire fresco a los mercados. El país asiático tiene cerca de 2,4 millones de toneladas de arroz almacenado y está dispuesto a comercializar una parte. La mitad del cereal lo importa de Estados Unidos, y la otra mitad principalmente de Tailandia y Vietnam. Sin embargo, un acuerdo de la Organización Mundial de Comercio de 2003 le impide re-exportar los excedentes sin el permiso de los países de origen. El lobby que agrupa a los arroceros de EE UU aseguró el miércoles que estaba de acuerdo con la reventa desde Tokio. El U. S. Trade Representative, oficina gubernamental para las decisiones sobre comercio, tiene la última palabra, pero diversas fuentes internas se han mostrado a favor. "La crisis de precios de los alimentos", dijo un oficial a France Presse, "requiere que consideremos medidas extraordinarias en esta ocasión". Según Bloomberg, Japón ya negocia con Filipinas el envío de 1,2 millones de arroz.
Ahora todos los ojos están puestos en India, el segundo mayor productor mundial de arroz después de China. El secretario de Comercio, G. K. Pillai, aseguró a finales de la semana pasada que el país logrará este año una cosecha récord. Espera que en junio se hayan recogido cerca de 95,7 toneladas de arroz, frente a las 93,3 de la pasada temporada. Este éxito agrícola podría hacer que se replantearan rebajar los altos aranceles que mantienen sobre las exportaciones.
El arroz no es el único producto que concede una tregua a los consumidores. "Las presiones alcistas desde el pasado verano sobre los alimentos empiezan a reducirse y los precios a gran escala irán reduciéndose en los próximos meses", adelantan los analistas de Citi en su último informe.
La cesta, más barata
Según el índice de precios de alimentos que elabora la FAO, agencia de alimentación de la ONU, por primera vez en 15 meses en abril algunos productos como el azúcar, el trigo o la soja empezaron a reducir su coste. La cesta de alimentos básicos (que incluye leche, carne, huevos, aceite...) vale un 52% más que hace un año, pero este último mes retrocedió un 0,5%. Un modesto descenso, pero algo de luz comparado con el 10% que subió en febrero.
Representantes del organismo han asegurado que ya esperaban que los alimentos abandonasen los picos altos, pero advierten de que mantendrán costes elevados durante años. Robert Zoellick, presidente del Banco Mundial, anunció el pasado viernes que la crisis durará siete años.
Los aranceles que imponen los países al comercio exterior de alimento son, según un estudio del International Food Policy Research Institute publicado ayer, uno de los principales causantes de los altos precios. El organismo calcula que con su desaparición, los precios descenderían cerca del 30%. Añaden que una moratoria en la aplicación de biofueles rebajaría los precios del trigo un 10% y los del maíz, un 20%.
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