Un artífice de la Transición democrática
Hoy es un día triste para todos los demócratas españoles, con independencia de su ideología.
Leopoldo Calvo-Sotelo no sólo fue un político inteligente, capaz, honesto y conciliador. Acompañando a Adolfo Suárez, fue uno de los pilares de la transición a la democracia desde la UCD.
Fue también un buen presidente del Gobierno que sirvió a España en un momento político de máxima dificultad. Hizo frente a la intentona golpista del 23-F y asentó con firmeza la democracia. En su labor de gobierno, tomó decisiones valientes y acertadas: la incorporación de España a la OTAN y la aprobación de la Ley del Divorcio.
Con más de 80 años, no quiso callar ante la ignominia y nos dio una lección de coraje cívico.
Así, en estos últimos años, los españoles le vimos respaldar, en compañía de otros cientos de miles de ciudadanos, las manifestaciones de las víctimas del terrorismo contra la negociación política del Gobierno socialista con los terroristas.
España pierde a un político de primera, a un auténtico hombre de Estado. Descanse en paz.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.