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Los problemas de la sequía

Los regantes del Ebro han cobrado 43,6 millones por el agua desde 1989

La comunidad del margen derecho reclama información sobre el proyecto

El Consorcio de Aguas de Tarragona (CAT), que redistribuye el agua comprada a los regantes del Ebro, paga millones de euros todos los años por el agua. Una parte va a la Administración hidráulica. La otra, a los regantes. Éstos han cobrado, desde que empezaron a suministrar agua en 1989, un total de 43,68 millones de euros. El precio final del agua es una fórmula que tiene en cuenta unas aportaciones fijas y otras en función del agua consumida por el CAT.

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Hay unos 9.000 regantes, sumados los de ambos márgenes. El ejercicio del pasado año se cerró con unos ingresos de 4.092.507 euros. La estimación para este año es de 4.175.000 euros. El CAT no sólo paga a los regantes, realiza también aportaciones a las administraciones hidáulicas. Hasta hace tres años, pagaba una parte a la Agencia Catalana del Agua y otra a la Confederación Hidrográfica del Ebro. La primera depende de la Generalitat; la segunda, del Gobierno central. Las cantidades abonadas a estas administraciones suman 89,2 millones de euros.

A los regantes del Ebro les pilló ayer por sorpresa la idea de recuperar el agua que se pierde por sus canalizaciones y que ésta sea la aportación principal del agua que llegue a Barcelona. "Tenemos un plan de mejora de nuestra infraestructura paralizado por la Administración desde hace cuatro años", señaló el presidente de la Comunidad de Regantes del Canal de la Derecha del Ebro, Manel Masià. La declaración de impacto ambiental de este proyecto aún está pendiente, explica el presidente de esta entidad, que agrupa a unos 5.000 regantes del delta del Ebro, la inmensa mayoría agricultores de arroz. No obstante, esta obra se acelerará ahora y el consejero de Medio Ambiente, Francesc Baltasar, sostiene que la urgencia hará que no sea necesaria la declaración ambiental.

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Masià aseguró que en ningún caso el Ministerio de Medio Ambiente se ha puesto en contacto con ellos para analizar esta posibilidad, de la que ayer aseguró no tener "ni idea".

Las Comunidades de Regantes del Delta del Ebro habían negado por la mañana haber negociado con las administraciones cualquier tipo de solución. No obstante, estas comunidades se han reunido tanto con la Agencia Catalana del agua, la pasada semana, como con el Ministerio de Agricultura, hace dos semanas en Madrid. La reunión con Agricultura estuvo centrada, según un portavoz del Gobierno, en "mejoras en el regadío". La responsable de Agricultura, Elena Espinosa, fue nombrada, apenas 72 horas más tarde, titular de Medio Ambiente. Espinosa explicó ayer que el ahorro de agua de riego que abastecerá a Barcelona saldrá de "mejoras en el regadío".

En un comunicado público, los regantes expresaron su oposición a "cualquier medida adoptada o por adoptar que afecte a los derechos e intereses" de los regantes y de las comarcas del Ebro. En el comunicado, las Comunidades de Regantes aseguraban que cualquier acuerdo que el Gobierno central y la Generalitat hayan adoptado respecto a la sequía se ha hecho "sin conocimiento ni consentimiento de las Comunidades de Regantes".

Las Comunidades de Regantes, decía el texto, desconocen el contenido y alcance del decreto que debe regular la interconexión, que el Consejo de Ministros aprobará el próximo viernes.

Los regantes explicaban que en la reunión que celebraron el pasado 8 de abril en Reus con la Agencia Catalana del Agua (ACA), ambas comunidades pusieron de manifiesto su "malestar por la falta de información del Consorcio de Aguas de Tarragona a los representantes de las comunidades de regantes". Se les negó que el transporte de agua a Barcelona en barcos a partir de los pozos de Tarragona y Reus fuera una interconexión encubierta, dijeron.

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