Los pueblos próximos a Ascó se enteraron por la prensa de la fuga radiactiva
El Estatut prevé que la Generalitat dirija el plan de emergencia nuclear
Estupefacción. Éste es el sentir de los alcaldes de los pueblos cercanos a la nuclear de Ascó, que tuvieron que enterarse el sábado por la prensa de una fuga de partículas radiactivas sin precedentes en la historia de la industria nuclear española. La Asociación de Municipios en Áreas Nucleares (AMAC) expresó ayer su enojo y reclamó la inmediata revisión de los sistemas de información de la central nuclear con su entorno inmediato. "Está claro que han fallado", decía ayer el gerente de la AMAC, Marià Vila d'Abadal.
El consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, explicó ayer que la Generalitat negocia con el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) la creación de un "protocolo estable" de actuación en caso de incidentes como el del fin de semana. Nadal, que no quiso aclarar cuándo tuvo conocimiento la Generalitat del suceso, aseguró que el Ejecutivo catalán estudió el caso en su reunión de ayer y lanzó un mensaje de tranquilidad puesto que, dijo, "los niveles de radiación han sido insignificantes".
La Generalitat, además, aspira a dirigir el plan de emergencia nuclear en Cataluña, que ahora es una competencia de la Administración central, gracias al Estatut aprobado hace dos años, que establece que el Gobierno catalán tendrá la competencia exclusiva en materia de protección civil y la ejecución de las medidas de emergencia.
Fin de semana sin fax
Los alcaldes de los 13 municipios vecinos al complejo nuclear de Ascó asociados en la AMAC recibieron el sábado hacia las dos de la tarde un fax del CSN, máxima autoridad en materia nuclear, sobre el problema. En el comunicado, el mismo que fue enviado a la prensa, se explicaba que el CSN había enviado un equipo a inspeccionar el suceso y que las repercusiones del incidente estaban "muy por debajo" de los límites establecidos. Pocos minutos después, estos ayuntamientos recibieron otro fax, éste proveniente de la Subdelegación del Gobierno en Tarragona, que detallaba que el suceso no comportaba la activación del plan de emergencia nuclear.
Esta información no llegó a sus destinatarios aquel día. Los receptores de estos faxes son ayuntamientos de poblaciones que algunas no alcanzan ni el millar de habitantes cuyos consistorios carecen de presupuesto para tener un funcionario de guardia los fines de semanas, por lo que los faxes que llegan en fin de semana no se ven hasta el lunes.
Hubo alcaldes que tienen la agricultura como principal ocupación que no supieron de la fuga hasta el lunes, porque el incidente les pilló trabajando en el campo. Este periódico fue el que dio la noticia de lo ocurrido al alcalde de Flix (Ribera d'Ebre) y senador por la Entesa, Pere Muñoz. Flix está a menos de tres kilómetros de los dos reactores nucleares de Ascó y nadie de la central atómica llamó a su móvil para informarle de la fuga, y, como él, los 11 alcaldes restantes, porque en la era de los teléfonos móviles, los protocolos de comunicación sólo prevén informar mediante SMS al alcalde de Ascó, Rafael Vidal (CiU).
"Esto no puede volver a pasar. Llevamos 25 años con este tema", lamentaba ayer Vila d'Abadal. Fue Greenpeace la que, también con un comunicado de prensa que emitió una hora antes que el CSN, informó primero a la población, aunque los organismos competentes para hacer frente a una posible emergencia conocían la situación desde dos días antes.
El alcalde de Ascó es el presidente de la comisión local de información, organismo que se reunirá hoy con carácter de urgencia para analizar la situación, y que forman los alcaldes, vecinos y entidades del territorio junto con el CSN y la dirección del complejo nuclear. Vidal decidió no informar a sus vecinos porque "no había motivo de alarma", aunque admite que fueron muchos los que le preguntaron por el caso al verlo reflejado en la prensa. "Este SMS lo deberían recibir todos los alcaldes", dijo el gerente de la AMAC.
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