La recesión inmobiliaria elevará el paro hasta rozar el 10% en 2009
El Banco de España prevé la desaparición del superávit fiscal el próximo año
Desaceleración es cuando tu vecino pierde su empleo; recesión cuando tú pierdes el tuyo. Según esa interpretación libre de una famosa frase del ex presidente norteamericano Ronald Reagan, la economía española en su conjunto está en franca desaceleración. Sigue creciendo, pero pierde fuelle a marchas forzadas. Tras más de una década de enorme crecimiento, la nueva coyuntura -crisis financiera internacional incluida- obliga a reducir su velocidad de crucero en torno al 2%, con una tasa de paro cercana al 10% a finales del año próximo. Y con un punto negro muy marcado: el sector de la construcción anticipa ya la gravedad de los problemas y ha entrado ya en la temida recesión, a la luz de los datos del Banco de España.
La inversión en construcción caerá el 0,2% este año y el 1,2% en 2009
La institución que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez recortó ayer todas sus previsiones para los dos próximos años. Pronostica que la economía española crecerá el 2,4% este año -la última previsión era del 3,1%- y el 2,1% en 2009, como resultado de una desaceleración "más pronunciada" en los próximos trimestres. Del alud de datos del último Boletín Estadístico destaca la caída en barrena de la construcción, cuya inversión se reducirá el 0,2% este año y el 1,2% el año próximo, tras los fuertes crecimientos de los últimos años.
La tasa de paro se encaramará al 9% en 2008, hasta rozar el 10% en 2009, de nuevo como consecuencia directa de la ralentización del sector inmobiliario. Y la inflación cerrará 2008 en el 3,6%.
Poco amigo de los excesos, el Banco de España se limita a constatar el "intenso ajuste" y la "menor pujanza" de la construcción. En apenas 10 páginas, el informe cita hasta 10 veces la "desaceleración" económica en sus pronósticos, y ni una sola vez las palabras "crisis" o "recesión". Pero los analistas tachan de optimista el conjunto de las previsiones.
Con la foto fija que ofrecen los datos que el Banco de España tenía a su disposición el 7 de marzo -dos días antes de las elecciones- cuesta hacerse a la idea de que en el plano económico lo mejor está por venir. En especial con relación al desempleo y al sector inmobiliario. "Con un crecimiento del 2% la economía española apenas crea puestos de trabajo. La construcción irá arrastrando a otros sectores: si sube el paro se consume menos, y entonces las empresas invierten menos. No me extrañaría que en 2009 llegáramos a una recesión en toda regla, más allá del sector inmobiliario", afirma Ángel Laborda, de Funcas.
El sector de la construcción creó por sí sólo 200.000 empleos en 2007. "Este año destruirá 200.000 empleos", destaca Carlos Maravall, socio de AFI, que augura una tasa de paro "superior a las previsiones del Banco de España". El pinchazo inmobiliario se ha llevado ya por delante varias inmobiliarias, en una espiral negativa que incluye precios a la baja y un gran parón en las compraventas. El Banco de España "es aún demasiado optimista ante la avalancha de datos y la estructura de la economía española", según Dominic Bryant, de BNP Paribas. Con relación a esa estructura, la construcción sigue pesando en torno al 9%, muy por encima de lo que supone en EE UU y en la UE.
Se trata de las primeras previsiones oficiales que ponen de relieve los problemas de la economía española en un contexto de crisis financiera internacional. El vicepresidente del Gobierno y ministro de Economía, Pedro Solbes, se limitó ayer a explicar que el Ejecutivo "tomará en consideración las nuevas previsiones". Hasta ahora ha mantenido sus pronósticos de crecimiento del PIB en el 3,1%, aunque con claros riesgos a la baja.
Pero la gestión de Solbes puede verse condicionada por el cambio de perspectivas que afecta a España. El Banco de España calcula que el superávit público se reducirá este año al 1,2%, hasta "casi desaparecer" en 2009.
El análisis de la institución no tiene en cuenta los estímulos fiscales anunciados en los últimos meses, que reducirán aún más el superávit fiscal pero pueden tener un efecto positivo sobre la actividad económica.
Ante la contención "más marcada" del inmobiliario, el Banco de España contrapone una desaceleración de la demanda interna "más suave" de lo esperado y una aportación del sector exterior menos negativa. En suma, un patrón de crecimiento más equilibrado, después de los excesos de los últimos años. Todo ello a expensas de la intensidad de la crisis internacional.
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