La crisis del ladrillo se cobra tres nuevas víctimas
No pasa ni un día sin que la crisis inmobiliaria deje el mercado plagado de cadáveres. Dos inmobiliarias valencianas (Encoval y Temple) y una consultora del sector, grupo i se han unido al grupo de las que declaran suspensión de pagos. El lunes lo hizo el grupo Lábaro, la mayor víctima, junto con la valenciana Llanera, que hasta ahora se ha cobrado la crisis del ladrillo.
Las dos promotoras valencianas han presentado en los últimos días el concurso de acreedores. Temple dice que esta decisión le permitirá mantener su actividad y entregar en los plazos establecidos las 500 viviendas que ya ha vendido de la veintena de promociones en marcha. Entre las dos, dejan 2.500 pisos pendientes de terminar.
El grupo i es una consultora madrileña de servicios inmobiliarios que también se ha visto arrastrada por el parón del sector y ha presentado el concurso de acreedores para tres de las 12 compañías que tiene el grupo.
Problemas de Martinsa
Las grandes inmobiliarias también pasan por momentos difíciles. Como Martinsa-Fadesa, que renegocia su deuda de 5.153 millones de euros a marchas forzadas. Las conversaciones continuaban ayer, a la espera de que uno de los 35 acreedores diera su visto bueno.
Éste es imprescindible porque la renegociación de la deuda ha de acordarse por todos los acreedores por unanimidad. La negativa de uno solo podría suponer la petición de suspensión de pagos. La compañía negocia para no hacer frente al pago de 362 millones que ya han sido aplazados en dos ocasiones, la primera de ellas el 17 de marzo. El acuerdo busca un nuevo calendario de pagos.
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