Lábaro se convierte en la mayor víctima de la crisis inmobiliaria
La compañía suspende pagos con una deuda superior a 600 millones
Ya hay otra víctima más. A una semana negra del ladrillo, le sigue otra que promete más de un susto. Después de que el pasado miércoles las inmobiliarias Cosmani y Prasi declararan el concurso de acreedores (la antigua suspensión de pagos), ayer cayó otra. Se trata del grupo Lábaro, con más de dos décadas de historia, y con promociones en las provincias de Madrid, A Coruña, Huesca, Girona, Guadalajara, Ciudad Real, Málaga y Cádiz.
Los dueños de Metrovacesa son accionistas indirectos del grupo
San José había iniciado la fusión con la empresa que se ha venido abajo
Aunque la cifra exacta no está disponible, diversas fuentes sitúan la deuda de Lábaro por encima de los 600 millones de euros. Esto la convierte en el mayor exponente de la crisis del ladrillo junto con Llanera, que tenía una deuda de 663 millones. Lábaro es una de las empresas con las que el grupo gallego San José había iniciado el proceso de fusión en diciembre del año pasado. La otra inmobiliaria que San José pensaba absorber era Parquesol.
Pero la crisis originada por el desplome en las ventas y las dificultades de las empresas del ladrillo para encontrar financiación ha frustrado estos planes. Y en lugar de acudir a la fusión para crear un gran grupo, Lábaro ha ido al Juzgado Mercantil número cuatro de Madrid para solicitar la declaración de concurso.
El efecto dominó comenzó en octubre del año pasado, cuando la valenciana Llanera se vino abajo. Le siguieron, además de las ya mencionadas, la andaluza Jale, la constructora madrileña Seop, el grupo catalán Sánchez y la vasca Ereaga.
Otras, como Hábitat, bordearon el precipicio, pero a última hora lograron un acuerdo con la banca acreedora que le salvó de la suspensión de pagos. Esto no evitó que la empresa catalana anunciara la semana pasada el despido de parte de sus 300 empleados.
Lábaro, que está especializado en la gestión de suelo y promoción de viviendas, ha centrado la construcción de pisos en España, aunque también tiene promociones en algunos países en Europa del Este.
La compañía está controlada por su presidente, Julio Mateo Cardiel, y Global Cartera de Valores, una sociedad de cartera en la que participan el empresario Ignacio Barco, la familia Sanahuja (primer accionista de Metrovacesa), Domingo Díaz de Mera (accionista de otra inmobiliaria en apuros, Colonial). Fuentes cercanas a la familia Sanahuja precisaron que su relación con Lábaro se limita a una participación indirecta y minoritaria en el capital.
En una nota, la inmobiliaria argumenta que el concurso afecta solamente a la sociedad matriz, la que concentra la mayor parte del negocio. "Salvo en casos aislados, no es previsible que afecte a otras sociedades del grupo o empresas asociadas que desarrollan su actividad de forma separada", añade.
La empresa dice que se ha visto "arrastrada" a esta situación por la "falta de liquidez consecuencia de la crisis que afecta al sector inmobiliario desde el segundo semestre de 2007". Fue entonces cuando "se inició la caída de la demanda de viviendas y se produjo una brusca contracción de la financiación, que tuvo su origen en la crisis de las hipotecas subprime y en la falta de liquidez en los mercados financieros internacionales", dice la empresa, que en 2006 tuvo unos ingresos de 95 millones de euros.
La sociedad asegura que, tras la declaración de concurso, continuará con su actividad bajo la supervisión de los administradores que designe el juzgado. "Lábaro se propone negociar con sus acreedores e intentará alcanzar un convenio que le permita revisar su modelo de negocio", concluye.
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