La crisis seguirá en EE UU
Los primeros síntomas del parón inmobiliario en EE UU empezaron en verano de 2006, en los Estados donde la especulación era más evidente: como California, Florida o Nevada, el cinturón del sol. Entonces se decía que la crisis estaba contenida pero un año después estalló la burbuja en el negocio de las hipotecas de alto riesgo o subprime, y la mancha se extendió hacia los Estados del norte, como Michigan. Los datos hablan por sí solos. Las ventas de vivienda caen un 25% anual y un 2,7% los precios. Las Vegas y Miami son las ciudades más castigadas, con descensos en febrero próximos al 20%, seguidas por Phoenix (18%), San Diego (17%), Los Ángeles (16%) y Detroit (15%).
La Fed no tuvo más remedio que cambiar de discurso en diciembre y mostrar su cara más agresiva para contener la sangría. La incertidumbre es total. Y lo expresó esta semana el presidente del banco central de Atlanta, Dennis Lockhart, que tenía que comerse sus propias predicciones al reconocer que la crisis continuará hasta 2009.
Las regiones del sur y oeste empiezan a registrar mejoras, porque los bajos precios (que perjudican las posibilidades de las familias de financiar con el ladrillo los estudios de sus hijos o la letra del coche) alimentan las ventas. Pero los bancos no se fían y endurecen las condiciones de los préstamos.
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