Las centrales rechazan la mejor oferta de Sanidad y mantienen el paro

Al final, la sanidad vasca vivirá hoy otra convocatoria de huelga general. De nada ha servido la carrera contrarreloj emprendida por la dirección de Osakidetza en los últimos días para frenar el paro. Sin embargo, las centrales irán a la huelga divididas y debilitadas, al haberse desmarcado la Unión de Técnicos Superiores (UTESE) y, sobre todo, el SATSE, el sindicato mayoritario entre las 6.000 enfermeras del Servicio Vasco de Salud. Pese a compartir con las demás centrales (ELA, CC OO, LAB, UGT, ESK y SAE) que la última oferta sobre condiciones laborales (para el periodo 2007-09) aún resulta "insuficiente", esos dos sindicatos valoraron que incorpora "avances sustanciales" que merece la pena explorar sin la presión del paro.

Las centrales intentan forzar una mejora de la propuesta oficial

Los sindicatos de enfermería y técnicos planteaban seguir negociando

Las reuniones con las centrales se multiplicaron ayer e incluso Osakidetza hizo un último esfuerzo bien entrada la tarde al enviar a los sindicatos por escrito una oferta más detallada y completa que la presentada el martes en la mesa sectorial. Se trataba del último cartucho, de la mejor oferta que ha hecho en toda la negociación, con importantes novedades con respecto a la última de noviembre.

La disposición a negociar hasta el final hizo mella en la determinación de mantener la unidad de acción por encima de todo. Hasta el punto de que se ha abierto una brecha entre las que piensan que hay que seguir explorando la voluntad negociadora de Osakidetza (como el sindicato de enfermería SATSE), lo que conllevaba desconvocar el paro, y los que apostaron por mantener la huelga como mecanismo para forzar una mejorar más la propuesta (el caso de ELA). Al final se impuso la huelga, pero a costa de la ruptura de la unidad que ha puesto a Sanidad contra las cuerdas en estos largos meses de conflicto.

Con el desmarque de UTESE, central minoritaria que agrupa a los técnicos de laboratorio y rayos X, y especialmente del sindicato de enfermería, queda gravemente comprometido el éxito del paro. Sobre todo porque no lo secunda tampoco el Sindicato Médico de Euskadi (SME), que en junio alcanzó un acuerdo particular con Osakidetza.

Su última oferta mejora la carrera profesional (incluyendo a los interinos), aumenta el complemento específico para enfermería (caballo de batalla de este colectivo) y se compromete a crear 680 plazas estructurales (80 más que la anterior propuesta). Sin embargo, los sindicatos han dicho que no es suficiente. Exigen un esfuerzo mayor en plantilla, un compromiso de no privatizar ningún tipo de servicio y la reorganización de las tablas salariales, equiparando las condiciones de la plantilla a las de la Administración general.

Los servicios mínimos fijados para hoy son los mismos que los del paro del 29 de enero. Los hospitales dispondrán de la plantilla habitual de un festivo, con servicios de cocina, atención a los pacientes y la posibilidad de dar altas hospitalarias. Las urgencias y las emergencias trabajarán con el 100% del personal. No habrá consultas externas ni se realizarán pruebas diagnósticas. Los centros de salud, tendrán el mismo horario que un día normal (abrirán por la tarde), pero con el personal de un sábado, y sólo atenderán urgencias. En la huelga del 29 de enero se tuvieron que suspender 50.000 consultas e intervenciones. Esa vez, Osakidetza cifró en un 28% el seguimiento de la huelga, que los sindicatos elevaron al 80%.