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Reportaje:

"¿Un depósito de qué?"

El proyecto de Industria de instalar almacenes subterráneos de CO2 residual pilla desprevenidos a alcaldes y vecinos de los municipios seleccionados

"Un almacén ¿de qué?", se pregunta sorprendido Julián, jubilado de 66 años, en la plaza de España de Tomelloso (Ciudad Real), uno de los 11 municipios en los que el Estado ha reservado terrenos para construir depósitos subterráneos del CO2 emitido por centrales térmicas.

Julián no era el único que ignoraba la noticia publicada el pasado sábado por EL PAÍS. En todas las localidades consultadas por este periódico ni los alcaldes ni los vecinos conocían el proyecto del Ministerio de Industria, que prevé almacenar los residuos de dióxido de carbono a más de 1.000 metros de profundidad. Las reacciones oscilan entre la cautela de algunos alcaldes, la preocupación de los vecinos y el rechazo de los ecologistas, que sencillamente consideran la iniciativa como "una manera de esconder la basura bajo la alfombra".

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El proyecto está en una fase muy inicial. Industria sólo ha reservado los 11 emplazamientos para evitar su comercialización (la disposición se publicó en el Boletín Oficial del Estado el pasado 8 de febrero). El siguiente paso será estudiar en profundidad cada una de las reservas, según ha señalado Juan Manuel Kindelán, presidente de la Fundación para Estudios sobre la Energía, el organismo que ha seleccionado los terrenos. Son cinco en el mar: cuatro frente a la costa cantábrica, en Llanes y Buelna (Asturias), Suances (Cantabria) y Mundaka (Vizcaya), y uno en la bahía de Huelva; y seis en tierra firme: Colmenar Viejo (Madrid), Guardo (Palencia), Ejulve (Teruel), Caspe (Zaragoza), Tomelloso (Ciudad Real) y La Murada (Alicante). Se trata de un plan previsto para 2015 que aún carece de peticiones de permisos y que requiere un amplio estudio de impacto ambiental.

Es precisamente esta falta de concreción, junto al hecho de enterarse a través de la prensa, lo que ha indignado a algunos alcaldes. Tanto el de Chunta de Ejulve (222 habitantes), José Manuel Salvador, como la de Caspe (8.495 habitantes), Teresa Francín, se quejan de que nadie les ha informado e inciden en que no es ése el desarrollo que quieren para sus pueblos. "De entrada no me parece bien, y hay que estudiarlo a fondo, aunque creo que es a muy largo plazo. Veremos", sostiene Salvador.

En otros ayuntamientos consultados por este periódico también cundía la incertidumbre. Representantes de Llanes (13.271 habitantes) y Tomelloso (35.534) están sorprendidos, pero anuncian su intención de esperar a conocer los detalles del proyecto antes de pronunciarse. José Antonio Rodríguez Barberá, concejal de Urbanismo de Orihuela, municipio del que depende el núcleo poblacional de La Murada (3.600 habitantes), afirma que pedirá información "para presentar las alegaciones oportunas".

El perímetro del depósito número 4 se extiende al norte de Madrid, desde Colmenar Viejo a Algete, e incluye terrenos de Tres Cantos, Alcobendas y San Sebastián de los Reyes. El alcalde de Alcobendas (105.000 habitantes), Ignacio García de Vinuesa, va más allá y asegura que se reunirá "urgentemente" con sus homólogos de las localidades vecinas, todos del PP, para hacer frente común y pedir explicaciones al Gobierno. El más claro en su rechazo es el de Mundaka (1.789 habitantes), Unai Rementeria. "Estoy con una rabia absoluta. No tenía ni la más remota idea. El Ayuntamiento no ha recibido ninguna comunicación. Estas cosas no se hacen así". Y advierte de que los criterios para ubicar las reservas "no se deben basar sólo en los estudios de las petroleras".

La misma sensación de sorpresa provocó la noticia entre los vecinos de los municipios incluidos en el plan ministerial. "La mierda para acá y el dinero para ellos", sentenciaba Antonio Martínez, un jubilado de 65 años de La Murada, una localidad que lleva 15 años luchando contra un vertedero ilegal de basura orgánica.

En Tomelloso, varios jubilados charlaban el sábado pasado en la plaza de España. Pedro, de 64 años, no había leído el periódico pero no le sonaba nada bien eso de que vayan a colocar un almacén de residuos en su municipio. "Mejor que se lo lleven, porque seguro que no será bueno para el pueblo. El dinero siempre se lo llevan otros".

Mayor inquietud suscitaban las futuras reservas marítimas. "No tiene sentido hacerlo en el mar. Si se produjera un escape, ¿quién lo puede controlar a esas profundidades y sometido al oleaje y el viento?", se preguntaba en Llanes Ángel Batalla, de 49 años, pescador desde hace 30. "A 20 o 22 millas de Llanes el fondo marino alcanza profundidades de 3.000 y 4.000 metros. No hay tecnología para actuar a esa profundidad en caso de que se produjeran emanaciones", advierte Batalla.

Parte de la preocupación expresada provenía de la sospecha de que la creación de depósitos puede acarrear la construcción de centrales. Kindelán ya ha sugerido que las centrales térmicas deberían instalarse en las proximidades de estos almacenes para no tener que asumir el coste del transporte de C02 . "No he oído que haya un proyecto para crear centrales, pero si es así al menos podrían explicarnos de qué va todo eso", señaló el estanquero José Antonio de la Fuente, de Colmenar Viejo.

Con información de Concha Monserrat, Javier Cuartas, Javier Sánchez del Moral, Salvador Navarro, Alberto Uriona y Manuel J. Albert.

Este paraje de Colmenar Viejo (Madrid) está incluido en un proyecto ministerial para construir un depósito subterráneo de CO2.
Este paraje de Colmenar Viejo (Madrid) está incluido en un proyecto ministerial para construir un depósito subterráneo de CO2.LUIS SEVILLANO

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