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El debate de la caja única

La fusión urge a las cajas vascas

El PP necesita hoy 18 nuevos asambleístas en la Vital para bloquear el proyecto

Pedro Gorospe

Ganar tamaño para no perder de forma irreversible el tren de la competitividad. Tal es el principio que, primero de forma teórica y desde el verano de 2005 con compromisos concretos, ha guiado la intención de las tres cajas de ahorros vascas de fusionarse en una única entidad. Los promotores del proyecto, que sigue paralizado por razones políticas al no apoyarlo el PP, recalcan que cada vez resulta más urgente abordarlo para que no se frustre de forma definitiva. Ahora afronta un lance decisivo con la renovación de las tres asambleas generales y, en especial, la de la Vital alavesa, ariete del rechazo de los populares. La Vital elige hoy a los representantes de los clientes en su asamblea en unas elecciones que pueden resultar trascendentales para el devenir de la fusión.

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La necesidad de ganar peso no es sólo compartida por los presidentes de las tres entidades (Xabier de Irala, de la BBK; Carlos Etxepare, de la Kutxa, y Gregorio Rojo, de la Vital), sino por el Gobierno, la mayoría de los partidos y las patronales.

Muestra de la urgencia que el proyecto tiene para sus defensores, repetido estos días por fuentes de las tres cajas, es que la BBK, la mayor de ellas, ha caído en quince años de ser la tercera caja española por depósitos a la novena. Una entidad vasca única sería la segunda del país por el valor de su cartera industrial, sólo tras La Caixa; la tercera por rentabilidad y la cuarta por depósitos. Sólo las participaciones industriales de la BBK valen hoy 5.538 millones de euros, más de la mitad del presupuesto del Gobierno vasco para este año. Pese a ello, carece de peso suficiente para defender en las mejores condiciones su cartera, como muestra el caso de Iberdrola, de la que la caja vizcaína posee el 7,5% del capital, ante el posible asalto de la francesa EDF o ACS. Esa urgencia se traslucía en las palabras con las que Irala emplazó públicamente el pasado miércoles al presidente del PP alavés y cabeza de lista al Congreso por esa provincia, Alfonso Alonso, instando a su partido a que pusiese sus condiciones mínimas para avanzar en la integración. Y la misma necesidad animaba el discurso del presidente del PNV, Iñigo Urkullu quien instó anteayer a todos los partidos a desbloquear el proyecto tras las generales del 9-M.

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Alonso no sólo no cogió el guante, sino que, en estas vísperas electorales, cuando a su partido le puede resultar rentable en las urnas volver a presentarse como primer garante de la "identidad" propia de la Vital, recobró su discurso más duro: "Nunca aceptaremos" la fusión de la Vital con las otras dos. Y ello a punto de que se renueve la asamblea de la entidad, proceso en el que concurre una candidatura auspiciada por el PP.

En esta renovación debe trasladar a las asambleas los cambios vividos en las instituciones tras las elecciones municipales y forales de mayo pasado. Y también aquí el cambio fundamental se ha vivido en Álava, tras perder el PP el control de la Diputación y el Ayuntamiento.

Los populares también son conscientes de que se la juegan. Si el discurso contrario a la fusión triunfa y logran hoy asegurarse el respaldo de más de un tercio de la asamblea (34 votos, de los que según algunas fuentes ya tienen 16), dispondrán de una minoria de bloqueo que puede seguir manteniendo el proyecto en el cajón al menos otros dos años, cuando toca la próxima renovación de la asamblea.

Fuentes de la ejecutiva del PP alavés reconocen que oponerse a la fusión resulta "empresarialmente indefendible en los tiempos que corren", pero "políticamente sigue siendo viable, ya se verá con qué resultados".Son demasiadas expectativas puestas en un proceso en que lo político pesa más que lo estrictamente financiero. Quizá por ello la Kutxa ha decidido centrarse en su propio plan estratégico hasta 2010 antes que en la fusión, que, eso sí, respalda.

Si las elecciones internas para las asambleas salvan el escollo de la minoría de bloqueo en Álava, las elecciones generales del mes entrante pueden también condicionar el inicio del proceso. Fuentes de las tres entidades creen que una victoria del PP el 9-M podría complicar la puesta en marcha de la iniciativa, que quedaría de nuevo congelada. Pero es que además el PSE no va a adoptar ninguna decisión en Álava mientras no compruebe cómo resuelve el PNV la apuesta del lehendakari de convocar una consulta sobre el derecho a decidir en octubre.

Cuando la política se enfrenta a un mercado regulado "pierden los ciudadanos", coinciden los expertos. El Gobierno vasco sostiene que "en la carrera hacia una entidad potente no hay término medio. Quedarse atrás con una dimensión provincial es abonarse a perder clientela día a día, a mordiscos de la competencia", en palabras de un portavoz de Industria.

Un papel clave en el debate juega el concepto de la "identidad" de cada caja y su implicaciójn con su sociedad. De los más de 600 millones de euros de beneficio neto conjunto que BBK, Kutxa y Vital sumaron el año pasado, cerca del 25% irá destinado a la Obra Social, es decir, unos 150 millones de euros.

Aunque en estas vísperas electorales las entidades no quieren más polémicas, sugieren que la caja unida podría duplicar prácticamente la capacidad de retorno de la Obra Social en cada provincia. "Hay que tenerlo muy en cuenta", subrayan fuentes de la BBK. Esta caja ganó el año pasado 307 millones, un 22,3% más que el ejercicio anterior; la Kutxa, 215,5 millones, un 11,1% más, y la Vital 72,3 millones, el 18,5% más. La Kutxa participa en más de un centenar de empresas con una inversión de 1.500 millones y plusvalías latentes superiores a los 850. La Vital tenía en marzo pasado 348,7 millones en participaciones industriales.

El modelo de integración hacia el que avanzan mantendría la marca de cada una de ellas en sus respectivos territorios. El núcleo sería una nueva sociedad que aglutinase prácticamente toda su capacidad inversora para financiar y apoyar proyectos de mucha mayor dimensión.

"Cada mes de retraso en unir fuerzas está lastrando las cuentas de resultados de las tres entidades", sostienen fuentes de la dirección financiera de la Vital.

Los acuerdos políticos que están firmando en los últimos tiempos el PNV y el PSE apuntan en la dirección de facilitar el camino a la fusión. Es el segundo año consecutivo en que el PNV apoya los Presupuestos Generales del Estado en el Congreso y los socialistas los del tripartito vasco. En el proyecto del año en curso, los socialistas han aceptado la creación del Instituto Vasco de Finanzas, un instrumento de coordinación financieras de todas las políticas del Gobierno, aunque sin capacidad de crédito. El dinero del Ejecutivo seguirá en manos mayoritariamente de las cajas.

Fuentes de Hacienda indicaron ayer que la reforma de la ley de Cajas que debe dar cobijo a la fusión estaría lista para el próximo otoño si fuese necesaria.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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