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Reportaje:

El 'rally' latinoamericano de Bergé

El distribuidor español inicia sus actividades en México y prepara las de Colombia y Ecuador

En 1985, aprovechando su experiencia en los trámites aduaneros y en el mundo marítimo y ante el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea, el Grupo Bergé decide ampliar sus actividades al sector de la automoción. El año pasado pasaron por sus manos más de un millón de automóviles, de los que más de 100.000 los distribuyeron directamente. El resto corresponde a la contratación de sus activos logísticos. Se han convertido en el primer importador y distribuidor independiente de España y Latinoamérica y uno de los tres mayores del mundo. Empezaron con Toyota, a la que se sumó Chrysler y Hyundai en 1992. Desde entonces han ido incorporando nuevas marcas y perdiendo otras, "tratando de mantener siempre un equilibrio importante entre ellas, los países de origen, las divisas...", señala el consejero delegado de Bergé Automoción, Jorge Navea.

Bergé acaba de firmar un acuerdo con Nissan para distribuir en el mercado europeo los automóviles de su marca de lujo Infiniti

En estos momentos su principal frente de batalla es Latinoamérica, donde se han instalado de la mano de dos socios locales el grupo chileno de Sigdo Koppers y el mexicano de Eugenio Clariond, y cuentan además con la colaboración del Santander Consumer Finance en su dimensión financiera, para la que han creado Cofiber.

De momento están presentes en cuatro países: Chile, Argentina, Perú y México, su último desembarco, al que llegan con la marca Fiat, que ya estuvo implantada allí entre 2003 y 2005, mientras duró su alianza con General Motors, pero que abandonó al terminar ésta. En los próximos seis meses tienen previsto instalarse en Colombia, tras un primer intento fallido, y a corto plazo también en Puerto Rico.

En Colombia, con 40 millones de habitantes, se venden casi los mismos coches (258.000 en 2007) que en Chile, con 12 millones, (227.000), lo que da una idea del potencial de crecimiento de aquel mercado, algo parecido a lo que ocurre en Venezuela, aunque en este caso con dificultades añadidas por la intervención estatal en la economía, según señala el responsable de las operaciones internacionales de Bergé Automoción, Pedro Escudero.

El camino no ha sido fácil. Los años del corralito fueron especialmente duros en Argentina, "pero nunca dejamos tirada una marca", señala Jorge Navea, "hay que estar a las duras y a las maduras".

Acaban de hacer públicos los resultados correspondientes al último ejercicio, en el que han superado por primera vez los 2.000 millones de facturación. Han distribuido 106.076 vehículos, de los que 60.664 corresponden al mercado español y 36.789 al exterior, fundamentalmente Latinoamérica. Este año esperan alcanzar 115.000 unidades y en 2011 más de 230.000, con una especial incidencia de la dimensión exterior ya que para entonces esperan tener repartidas sus ventas al 50%.

Hay también en su implantación en Latinoamérica una dimensión oriental: algunos de sus ejecutivos se han currado de manera especial la industria automovilística china y de momento ya han alcanzado acuerdos con dos fabricantes, Chery Automobile y Shanghai Industry Corp. (Saic), para vender sus coches en algunos países de América del Sur, desde donde esperan dar el salto a España y Europa una vez superado el "rodaje" de esas marcas en aquellos mercados.

De cualquier manera, dado el éxito de ventas actual en su mercado nacional y en algunos países como Chile, por ejemplo, donde en sólo un trimestre han vendido 1.427 automóviles Chery -lo mismo que Fiat o Chevrolet- y esperan superar este año los 4.500, "va a ser difícil que lleguen a España antes de 2010", señala Escudero. Los coches chinos se presentan de momento con precios entre un 10% y un 15% más baratos que los japoneses y coreanos de su mismo segmento. Para los fabricados en Europa las cosas están de momento más difíciles como consecuencia de la fortaleza del euro.

En cuanto a su expansión en México, donde se producen dos millones de automóviles (el 80% destinados a la exportación) y se venden poco más de un millón, tampoco va a ser un camino de rosas. El responsable de este desembarco, Derek Fox, es consciente de la estrecha relación de la economía mexicana con la de EE UU, adonde destina el 90% de sus exportaciones, y del momento que esta última atraviesa.

Clase media

Además, los modelos de Fiat que componen su oferta mexicana, fabricados en Brasil e importados de Europa, pertenecen a segmentos característicos de la clase media, todavía con un peso específico poco importante en la economía de aquel país. Para más inri, desde el pasado 1 de enero se han eliminado los aranceles que pesaban sobre la importación de Estados Unidos de coches usados con más de 10 años, a los que se conoce como "chocolates", y que van a incidir sin duda en la venta de los automóviles nuevos más baratos. Pensando en la demanda con mayor poder adquisitivo, están preparando también la importación de Alfa Romeo, la marca deportiva del grupo Fiat.

En cuanto a coches de lujo, han llegado a un acuerdo con Nissan para distribuir en Europa la marca Infiniti, que actualmente venden en Estados Unidos y cuyo escaso volumen de ventas les aconseja ponerla en manos de un distribuidor independiente. Bergé cuenta además con la experiencia de Lexus, la marca semejante de Toyota cuya importación y distribución en España acaban de perder, aunque no las ventas en algunos concesionarios propios.

Con unos márgenes de explotación menores que los de la importación y la distribución, las ventas directas (retail) son otra de las actividades significativas de Bergé Automoción. En 2007 han vendido directamente más de 3.000 automóviles en España, la mayor parte Lexus, y más de 5.500 entre Chile y México.

Una de las instalaciones del grupo Bergé Automoción en Monterrey (México), donde importan y distribuyen la marca Fiat.
Una de las instalaciones del grupo Bergé Automoción en Monterrey (México), donde importan y distribuyen la marca Fiat.

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