Angulema con ojos rasgados

"Angulema ha reunido a todo el cómic del mundo, desde China a Argentina", proclamaba con énfasis Benoît Mouchard, director artístico de la 35ª edición del festival, clausurado ayer, con la que, afirman sus organizadores, se ha iniciado una nueva etapa en esta gran feria europea del cómic. El anunciado cambio de rumbo se ha notado sobre todo en el derribo de las fronteras, sostenidas antes con tanto ahínco por el proteccionismo que envuelve a cualquier manifestación cultural francesa. Y es que la gran apuesta de este año no ha tenido cadencia europea, sino china. De hecho, la influencia creciente de la historieta asiática ha tenido ecos hasta en el ganador Shaun Tan, autor de origen malayo que, sin embargo, tiene un estilo en las antípodas de los mangas.

La pequeña exposición de cómic chino que se ha podido visitar en el Hotel de la Ville ha puesto en el mapa a nombres como Pocket Chocolate, experta en historias para adolescentes, Yan Kai, Kexin, Ding Bing, Zhen Xusheng o Jidi. De historias cotidianas a barrocos mundos llenos de estampas fantásticas: todo cabe en los portafolios de los artistas chinos. Liang Xialong, por ejemplo, tiene un gran éxito en su país como autor de historietas de artes marciales, mientras Lu Hua reconoce su gusto "por la pintura tradicional". Los carteles en los que Wu Guanying reproduce a las mascotas de los Juegos Olímpicos de Pekín volaron pronto a las manos de los coleccionistas.

Figurativamente, pocas diferencias hay en sus obras respecto a las de sus colegas japoneses, representados en la ciudad francesa por el estudio femenino Clamp, al que también se le ha dedicado una exposición.

La otra parte del mundo, la Argentina a la que se refería también Mouchard, tiene nombre propio: José Muñoz, quien además de presidir el jurado, ha realizado una magnífica exposición en la que rinde homenaje a los maestros comiqueros de su país con el inolvidable Alberto Breccia a la cabeza. Por si fuera poco, Muñoz ha presentado junto con su inseparable Sampayo un álbum biográfico con el tanguero Carlos Gardel de protagonista. Eso sin olvidar que en 2007 fue reconocido con el Grand Prix que otorga la ciudad de Angulema a autores que han expandido el lenguaje de los tebeos. Muñoz dio ayer el relevo a dos referentes de la historieta europea: Charles Berberian y Philippe Dupuy, proclamados como Gran Prix de la Ciudad de Angulema en 2008.

La Fauve d'Or, el máximo galardón del certamen, recayó en Là où vont nos pères (Dargaud), del australiano de origen malayo Shaun Tan (1974), quien traza una metáfora fantasmagórica y sin diálogos sobre la inmigración. Para evitar un resultado confuso, la organización ha abreviado al máximo la nómina de premios. Así, sólo cinco obras han conseguido la categoría de "esenciales", a las que se añade el reconocimiento al trabajo revelación (en este caso, L'Éléphant, de Isabelle Pralong) y al de un clásico consagrado ya como patrimonio (para Moomin, de Tove Jansson). Los esenciales de Angulema 2008 son: Exit wounds, de Rutu Modan; Ma maman est en Amerique, elle rencontre Buffalo Bill, de Jean Regnaud y Emilie Bravo; R. G., de Peeters y Dragon; La Marie en plastique, de Pascal Rabate y David Proudhomme; y Trois ombres, de Cyril Pedrosa.

El esencial FNAC-SNCF elegido con votos de internautas franceses ha ido a parar a Kiki de Montparnasse, de Catel y Bocquet, mientras que los alternativos del festival han encumbrado al número 16 de Turkey Comix, un contestatario trabajo colectivo.