Un taquillazo cocinado en Internet
El filme catastrófico 'Monstruoso' arrasa en EE UU gracias al 'marketing' viral
De grandes campañas publicitarias y sonados batacazos en la taquilla está llena la historia del cine. Sólo en 2007: Superman returns o Serpientes en el avión. Y eso que esta última fue lanzada con la más reciente arma publicitaria, el marketing viral, en lugar de anuncios en televisión o vallas publicitarias. Si entonces no funcionó, con Monstruoso, película de catástrofes y la sensación de la temporada, no ha podido resultar mejor.
"La película quiere explorar los temores reales de cada día" (Abrams)
Como dice la Wikipedia, referencia obligada en usos y costumbres de Internet, el marketing viral "emplea el efecto de red social de la web y de la telefonía móvil para llegar a una gran cantidad de personas rápidamente, aprovechando los blogs y sitios aparentemente creados por aficionados para lanzar nuevos productos".
De manual ha sido el caso de Monstruoso, un estreno que rompe con todas las convenciones con un cóctel de elementos -sin embargo- más que conocidos, destrucción de Nueva York incluida. De la mano del cineasta J. J. Abrams (alguien que se ganó con creces la atención del público con series como Perdidos), la cinta resucita el género de monstruos para la generación YouTube, que conoce el mundo a través de esa página de Internet. El resultado no ha podido ser mejor: el pasado fin de semana, en su estreno, recaudó en Estados Unidos 32 millones de euros, con un presupuesto de 17 millones. El próximo viernes, 1 de febrero, llega a España.
Se trata de un éxito tal que ni la crítica se ha sentido capaz de despedazarla, ensalzando lo bueno y callándose lo que flojea de un filme que sólo da para 80 minutos: la hora y media la completa con 10 minutos de títulos de crédito y una magnífica suite de Michael Giacchino homenaje a Akira Ifukube y a su marcha de Godzilla.
El experimento comenzó en otoño de 2006 tras el estreno de Misión: Imposible III, superproducción taquillera que dirigió Abrams y que, pese a su éxito, marcó el declive de las grandes estrellas como Tom Cruise y de las franquicias millonarias. Abrams prometió a los estudios Paramount un filme por debajo de los 30 millones de dólares de presupuesto (20,5 millones de euros) y una revolucionaria forma de marketing para la que requería un completo silencio. Además, decidió ser el cerebro pero no su director, tarea que dejó en manos de su amigo Matt Reeves, y con un reparto de actores desconocidos. Como remate siguió el esquema de El proyecto de la bruja de Blair, filme indie que superó los 100 millones de euros en taquilla en su estreno en 1999 gracias a su pátina de falso documental terrorífico que dejó al público intrigado sobre la veracidad de los hechos vistos. El mismo sentimiento que crea Monstruoso, película que en inglés prefiere el título de Cloverfield, referencia al nombre clave que le pone el Departamento de Defensa a una grabación de vídeo encontrada en lo que antes fue Central Park y en la que se narra lo acontecido en Manhattan durante su supuesta destrucción un 22 de mayo.
Rodada íntegramente cámara en mano, Monstruoso acompaña a un grupo de adolescentes que pasa de estar grabando la fiesta de despedida a un amigo que se muda a Japón a intentar sobrevivir en un Nueva York que se resquebraja ante sus ojos sin saber muy bien por qué. Su única opción es seguir grabando en medio del caos.
Sin nombres conocidos, con Abrams como único gancho y un título tan inocuo como Cloverfield, el éxito de este fenómeno claramente radica en su campaña publicitaria. O mejor dicho de la ausencia de publicidad convencional. Del proyecto fantasma lo primero que se supo fue la llegada a los cines el 3 de julio, antes de las proyecciones de Transformers (y consiguientemente su salto a YouTube), del tráiler de un filme inexistente -aún ni había comenzado el rodaje- repleto de muerte y destrucción en Nueva York. Como única aclaración mostraba una fecha: 18.01.08. Mientras la histeria se desató en Internet, el silencio más espeso rodeó el rodaje. Los actores no supieron que era una película de monstruos hasta que comenzaron a filmar. Más aún, una de las protagonistas, Lizzy Caplan, creyó que se había presentado a una prueba para la versión en cine de Felicity.
El rodaje se realizó en estudios en Los Ángeles, las escasas filmaciones de exteriores en Nueva York fueron una prueba contrarreloj para evitar ser descubiertos por los aficionados, utilizando infinidad de títulos falsos para despistar, y ningún actor contó con el guión completo. "Monstruoso quiere explorar los temores reales que vivimos cada día y dejar que la audiencia tenga esa experiencia de una manera llevadera", explicó Abrams una vez estrenado el filme.
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