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Entrevista:SAMUEL MORENO | Alcalde electo de Bogotá

"El uribismo sin Uribe no existe"

"Yo soy el centro". Esa es la tarjeta de visita del alcalde electo de Bogotá, segundo representante de la neo-izquierda colombiana en ejercer el cargo. Samuel Moreno Rojas, inevitable nieto del general Rojas Pinilla -el peculiar social golpista colombiano de los años cincuenta- e hijo de María Eugenia Rojas, la izquierda ya sin uniforme, es el último gran valor del Polo Democrático Alternativo, un galimatías coligado que va desde el comunismo a la social democracia más burguesa, que aspira a arrebatar a la derecha del presidente Uribe la jefatura del Estado en 2010.

Sucesor de otro gran moderado, el alcalde saliente Lucho Garzón, califica con superlativa discreción la permanente taifa del partido como "la heterogeneidad del Polo". El regidor, como en Colombia es ya una tradición, incluye muy prominentemente Madrid en el circuito de su presentación mundial, que hizo de la mano de la Casa de América.

Moreno se considera el gran unificador de la izquierda colombiana
Su buen trato con Uribe disgusta a algunos de sus correligionarios
El alcalde bogotano admite que su carrera no "puede terminar en 2010"

El Polo, serio intento de reconstrucción de un sistema de partidos en los que el binomio liberal-conservador apestaba a sentina decimonónica, fue fundado en 2002, y desde entonces ha ido ampliándose a derecha e izquierda, en ocasiones con materiales de derribo y otros apenas a punto de fragua, y Samuel Moreno, 47 años, se considera -como exuda su persona- el más adecuado para ensanchar ese margen de maniobra.

Esa equidistancia, de la que se ufana, le situaría entre el senador Carlos Gaviria, marxismo renovado pero algo Ancien Régime, y Garzón, que desde el sindicalismo combativo, dicen sus detractores dentro del propio Polo, se ha corrido a la complacencia "social de mercado". Gaviria fue el candidato a la presidencia en 2006, ocasión en la que fue derrotado por Uribe, y Garzón es quien mejor podría, al decir de media Colombia, tentar la suerte en 2010, salvo que muchos de sus pares lo consideran poco menos que ya ajeno al partido. Moreno tercia en esa coyuntura porque, como munícipe, tendría que dimitir para ser candidato.

El inminente alcalde no cree que Uribe opte a un tercer mandato, para lo que haría falta una nueva enmienda constitucional: "El uribismo sin Uribe no existe y aunque es posible que los partidarios del presidente logren ponerse de acuerdo en un candidato, no habrá unificación de los partidos que lo apoyan". Y, de nuevo como Garzón, es de un afectuoso con el presidente que llega a disgustar a algunos de sus correligionarios. Ante el reciente anuncio de las FARC -la guerrilla terrorista y narcotraficante- de que iba a liberar a tres de sus más de 40 rehenes principales, afirma que es una respuesta al gesto de Uribe de admitir la creación de una zona de encuentro de unos 150 kilómetros cuadrados para negociar con la insurrección, cuando otras fuentes opinan, al revés, que es un desaire al presidente por haberle retirado a su homólogo caraqueño, Hugo Chávez, el derecho a intermediar con los narcos. Eso permite suponer el hecho de que los eventuales liberados, entre ellos Clara Rojas, colaboradora de Ingrid Betancourt, la ex candidata presidencial también rehén desde hace cinco años, y el hijo de la primera, nacido en cautiverio, vayan a ser entregados al líder bolivariano. Pero el alcalde electo cree que dos no discuten si uno no quiere: "No importa a quién se entreguen los rehenes, sino que los liberen".

Samuel Moreno, amable y acolchado, responde como mandan los cánones, que en lo único que piensa es en una buena alcaldía, pero, repetidamente requerido, admite con un "sí" que no es coqueto que su carrera política "no puede terminar en 2010".

El alcalde electo de Bogotá, Samuel Moreno, la semana pasada en Madrid.
El alcalde electo de Bogotá, Samuel Moreno, la semana pasada en Madrid.CLAUDIO ÁLVAREZ

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