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Columna
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Cooperación profesional y de calidad

En los últimos años, la ayuda al desarrollo del sur ha cambiado mucho, un cambio que ha afectado tanto en el modelo de cooperación como al paradigma de desarrollo. De la misma manera, el sector de agentes que trabajan en el ámbito de la cooperación al desarrollo ha evolucionado, pasando en poco tiempo del voluntariado a la profesionalización. Y en esta evolución, la búsqueda de la calidad, la evaluación del impacto alcanzado y la rendición de cuentas han tenido un papel clave.

Por esta razón, el Gobierno de la Generalitat de Cataluña propuso en el Plan Director 2007-2010, aprobado por unanimidad en el Parlament en julio de 2007, la presencia de personal de la Agencia Catalana de Cooperación al Desarrollo (ACCD) en los países prioritarios de la cooperación catalana para facilitar la interlocución con las comunidades del sur y mejorar la identificación, seguimiento y evaluación de los proyectos y programas que ejecutan a los diferentes agentes de cooperación, públicos y privados.

En cooperación es clave buscar la calidad, evaluar el impacto alcanzado y rendir cuentas

Y es que la cooperación al desarrollo, como cualquier otra política pública, necesita profesionales cualificados para llevarla a cabo. Y los necesita para garantizar una buena calidad de la ayuda que se genera con el dinero de la ciudadanía. Y lo hace manteniendo unos porcentajes de gastos administrativos y de personal asumibles, sin superar el 10% recomendado.

A pesar de esta autorregulación del sector, buena parte de la sociedad todavía no entiende la necesidad de destinar parte de los recursos a sueldos, creyendo equivocadamente que generan gastos que no benefician a los países del sur. Y a veces aparecen informaciones en los medios de comunicación que tampoco ayudan a mejorar esta situación.

En la edición del 13 de diciembre, EL PAÍS publicaba un supuesto incremento del gasto de personal de hasta el 20% de la ayuda catalana al desarrollo. En el mismo artículo, se decía que el Gobierno de la Generalitat de Cataluña enviaría funcionarios al exterior y se hacía referencia al sueldo que cobrarían, añadiendo unos costes suplementarios que podrían suponer el 20% del total de la ayuda a países como Bolivia y Guatemala.

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La realidad es bastante diferente. Según consta en la ley de presupuestos de 2007 aprobada por el Parlament, el presupuesto del ACCD es de 52.060.000 euros, y el gasto previsto en personal, de 3.147.222,87 euros, lo que representa el 6,04%. Una cifra que queda lejos del 20% del titular antes mencionado y del 10% recomendado en el sector. Pero si miramos el presupuesto ejecutado a 13 de diciembre, este gasto no ha superado el 5,52%.

Con respecto a la información sobre Bolivia y Guatemala a la que se refiere el artículo antes mencionado, ésta se basa en las cifras aparecidas en una respuesta del Gobierno de 30 de octubre a una pregunta del grupo parlamentario de CiU. Éstas son cifras de los proyectos ejecutados hasta septiembre de este año, que es el que pedía la pregunta de CiU, y no recogían el total del gasto previsto para 2007 que se ha ejecutado durante el último trimestre del año. Es evidente, pues, que a unas cifras parciales no se les puede aplicar el porcentaje de los costes del personal sin sesgar al alza el resultado. Y menos todavía se puede generalizar y proyectarlo al total del gasto de la ayuda oficial al desarrollo de la Generalitat de Cataluña.

Y la mejor manera de aclararlo es dando las cifras totales. Si tenemos en cuenta que el total de los recursos de la cooperación que ejecutará la ACCD en Guatemala en 2007 será de 1.981.193 euros y que el gasto presupuestado en sueldo para el representante de la ACCD será de 34.347,43 euros brutos (con un complemento de 10.000 euros para conceptos previstos en el Estatuto del Cooperante), el gasto en personal en Guatemala no superará el 2,22%. Con respecto a Bolivia, las cifras de los recursos que se destinarán en el 2007 son 1.548.000, y haciendo el mismo ejercicio aritmético, la resultante de los recursos en personal no superará el 2,84%. Personal que, por cierto, no es funcionario, sino laboral, y que cobrará según lo que determina el convenio colectivo de la ACCD.

Éstos son los datos, datos que son públicos y que ayudan a divulgar un modelo de cooperación al desarrollo profesional y de calidad.

David Minoves i Llucià es director general de Cooperación al Desarrollo y Acción Humanitaria de la Generalitat de Cataluña.

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