Neveras famosas
¿Qué come una modelo? ¿Va al 'súper' un ministro? Nos adentramos en la intimidad gastronómica de cuatro personajes públicos a través de sus frigoríficos.
Bernat Soria. 56 años. Científico y ministro de Sanidad y Consumo
"Mi nevera siempre está medio llena y nunca medio vacía". Medio llena de agua fresca, leche, fruta, tomates, lechugas, pepinos, carne picada y queso. Esto es lo que nunca puede faltar en el frigorífico de Soria, un hombre que nunca ha hecho dieta: "¿No se me nota? Entonces creo que debería reformarme", dice. Asegura que ha hecho un esfuerzo intentando pensar en un alimento que no entraría jamás en su nevera. No lo ha encontrado. "Todos los platos tienen su momento. Hay quien odia las lentejas o los garbanzos. A mí, personalmente, me parecen un gran invento". Cuando tiene tiempo le gusta ir al mercado y escoger él mismo las naranjas, las manzanas o las lechugas. Se considera un buen cocinero, "pero de determinados platos". A saber: la paella, las anguilas en all i pebre y el pescado a la sal -"que es más fácil de lo que parece"-. "Para esas noches en que uno llega a casa derrotado: un buen tomate partido con sal, aceite de oliva y una tostada de pan de baguette". Disfruta comiendo, pero en familia o con amigos. "Si estoy solo, soy más austero, y las comidas de negocio no entran en este capítulo". En esos días terribles en que no hay nada que rascar en la nevera prefiere llamar a un amigo e invitarlo a cenar. Ya habrá tiempo para hacer la compra.
Darío Barrio. 34 años. 'Chef' de cocina
Ante ustedes, la nevera de un profesional: "Ordenada y equilibrada: frutas y verduras frescas, lácteos, refrescos y proteínas". Ésta es la rigurosa descripción de su dueño, que aplica en su frigorífico métodos industriales de seguridad de los alimentos: "Aquí se respeta el fifo ('first in is first out') o, lo que es lo mismo: lo primero en entrar es también lo primero en salir. Es una garantía de frescura". Este chef confiesa que su plato estrella se llama cleaning the fridge, algo así como hacer limpieza en la nevera: "Consiste en coger todos los restos que hay dentro y hacer un popurrí bien rico. Mi mujer se sigue sorprendiendo con esa capacidad mía". Consume y apuesta firmemente por los productos biológicos y ecológicos, y dice que la palabra delicatessen no está incluida en su vocabulario, pero que la primera cucharada de una lata de caviar no la compartiría con nadie. Bebe dos litros diarios de agua y prefiere dos copas de vino que una.
Eva Hache. 35 años. Actriz y presentadora de televisión
¿Cómo tienes hoy la nevera? "Bien, con carnes, pescados, verduras, frutas y lácteos. Yo como de todo, excepto coliflor cocida, que prefiero ni probarla será por ese aroma que desprende". Eva Hache es una fiel seguidora de la dieta mediterránea: "Para mí, lo mejor de vivir en España es que se puede comer una cosa diferente cada día", cuenta. Se impone pocas disciplinas y jamás está a régimen. "Si veo que estoy fondona, intento comer menos y hacer algo de ejercicio [andar]". Le gusta tener la nevera llena, pero no abarrotada, porque odia tirar la comida. Y, como todos, tiene sus días de horror vacui: "Por ejemplo, cuando abro la nevera para ver qué hay, como quien enciende la tele para ver qué ponen y la respuesta es nada. Entonces es cuando ha llegado el momento de hacer la compra".
Laura Sánchez. 26 años. Modelo
"La nevera llena o me pongo muy nerviosa", advierte. Llena hasta la bandera de muchos tipos de quesos y verduras, sobre todo de tomate, que, junto al pescado, es su alimento fetiche. Tampoco faltan los huevos: "Fritos me hacen tan feliz". Reconoce que comer fruta le da "pereza", así que deja para más adelante las recomendaciones de las autoridades sanitarias. De momento, su única obsesión culinaria es cocinar con muy poca sal, aunque somete frecuentemente a su estómago al pecado de la comida mexicana: "Me encanta el picante". No sabría decir qué no tendría nunca en la nevera: "Me gusta casi todo". Si un día quiere darse un homenaje, sus cuatro fantásticos son el foie, el jamón, el marisco y el chocolate. ¿Y si la báscula manda una mala señal? "Me quito el pan".
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